No descarte lo que en apariencia no tiene explicacion...bienvenido a mi viaje y las experiencias que quiero compartir con ustedes. Como alguien una vez me dijo: SI NO SUBES LA MONTAÑA, NO DESCUBRIRAS LA LLANURA
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Saturday, August 25, 2012
La primera mujer al volante
Recuerdo cuando mi abuela materna aprendió a conducir. Ya no era una jovencita, y no lo hacía nada mal, pero era obvio que para ella era algo extraño y una obligación bajo el "por si acaso hay alguna emergencia algún día". Ella, a pesar de ser una mujer que se resignó a los tiempos modernos y aceptó que sus hijas y nietas fueran independientes, para ella conducir un auto no era un rol en el que se veía. Siempre fue mi abuelo quien condujo y la acompañó a todos lados mientras pudo. Y esto en pleno siglo XX.
El Benz Patent Motor Car de 1886 diseñado por Karl Benz. AP Images
Hoy en día es muy raro que una mujer no sepa conducir, aunque hayan aprendido por imposición, pero a finales del siglo XIX, además de que los primeros autos comenzaban a inventarse y probarse, era muy extraño que una se atreviera a romper los esquemas sociales y más hacer un viaje largo. Pero como para todo siempre hay una primera vez, y como bien lo marca el título de este texto, sí hubo una primera mujer y su nombre es Bertha Benz.
Se considera el 29 de febrero de 1886 como la fecha oficial del nacimiento del automóvil, cuando Karle Benz, un inventor alemán, introdujo la primera patente en la historia para un vehículo de este tipo, es el "Benz Patent Motor Car".
Hacia 1888 Karl Benz, luchaba por dar a conocer su invento y convencer a la gente de su utilidad y apoyado por la confianza de su mujer, Bertha Benz, quien invirtió toda su dote en este proyecto. Modelo tras modelo e intento tras intento Karl no conseguía mayores apoyos, sobre todo financieros, para continuar con su hazaña y fue por ello que Bertha tomó una decisión radical: conducir ella misma una de las creaciones de su marido.
Así que Bertha, decidida, eligió a sus hijos como compañeros de viaje y se lanzó a visitar a su madre que vivía a 100 kilómetros de distancia. Suena fácil, y hoy algo muy común, pero en 1888 los "automóviles" que existían se probaban en distancias cortas, y como eran los primeros intentos no solían aguantar pruebas tan largas. Así que más que un viaje placentero, la hazaña de esta mujer se convirtió en toda una aventura, llena de contratiempos y fallas mecánicas (¡además de tener que empujar el cacharro cuesta arriba pues debido a la poca fuerza del motor no subía!).
Claro que fue noticia el viaje de Bertha Benz para visitar a su madre, y gracias a ello muchos dirigieron su atención hacia los inventos de su marido, quien por supuesto aprovechó la experiencia de este largo viaje para hacer mejoras a su invento (como incluir una marcha adicional para las subidas).
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