MADRID.- El Gobierno de Canadá justifica la matanza anual de más de 300.000 focas con el argumento de que sus tejidos servirán para obtener válvulas cardiacas que podrán salvar vidas humanas. Esto es lo que ha declarado el embajador de Canadá para la Conservación de la Pesca, Loyola Sullivan, en su visita a Madrid, con la finalidad de limpiar la imagen de su país ante las matanzas anuales de pinnípedos sobre los hielos a la deriva en aguas territoriales de ese país.
"El doctor Andreas Agathos, director del Departamento de Cardiología del Centro Médico de Atenas, ha descubierto que las válvulas del corazón de las focas son más duraderas que las sintéticas", asegura el embajador Sullivan. "Incluso son mejores que las de animales ovinos y bovinos", añade.
Al parecer, el médico ateniense dará nuevos pasos en sus investigaciones, que según el embajador podrían culminar en la necesidad anual de más de 300.000 de esas válvulas para implantar a ciudadanos europeos. La cifra coincide precisamente con la cuota de caza que cada año concede a sus pescadores para matar otros tantos ejemplares de foca, adultos o bebés.
Incluso, el Gobierno canadiense ha puesto cifra al nuevo mercado de las válvulas cardiacas de foca. "Cada una de ellas podría costar unos 3.500 euros, lo que equivale a una cifra de negocio de más de 1.000 millones anuales", añade el embajador, que por enésima vez visita los países de la Unión Europea, tratando de impedir que los Veintisiete prohiban la importación de todos los productos derivados de foca, como ya han hecho Bélgica y Holanda.
En la difícil misión diplomática de Sullivan, el director general de Pesca Internacional, Guy Beaupré, le acompaña para entrevistarse con sus homólogos europeos. Aunque Sullivan lleva desde 2005 representando la defensa de la matanza, poco ha avanzado.
Primero Bélgica, luego Holanda, y previsiblemente el Parlamento Europeo adoptará el próximo otoño medidas para impedir que los productos derivados de foca entren en el mercado europeo. Especialmente las pieles, objetivo comercial último de la matanza y de las que se surte parte de la industria de la peletería española.
¿Métodos crueles?
"Es incierto que se trate de una muerte cruel", afirma Sullivan. El embajador canadiense hace referencia al método de caza, que consiste en el uso de un palo largo provisto de una piqueta de hierro que el cazador descarga sobre el cráneo del animal. También se dispara a las focas, pero este método obliga al uso de un fusil y munición que requieren permisos especiales.
La garrota con el pico deja al animal inerte sobre el hielo, aunque no siempre muerto. E inmediatamente después, el pescador procede al desuello del animal, que en algunas ocasiones se produce mientras todavía está vivo.
"No es cierto", dice Sullivan. "Casi siempre están muertas. La Asociación Veterinaria de Canadá avala el modelo de caza y afirma que no es cruel. Es mejor incluso que la de los mataderos de nuestros países", se defiende. No opina lo mismo el Fondo Internacional para el Bienestar de los Animales (IFAW), que considera la matanza como "inaceptable, cruel e inhumana".
Hay otra ventaja en la matanza de focas, según Sullivan. El aceite contiene un 30% más de Omega-3 que el de otros peces. "Es buenísimo para los problemas cardiovasculares", asegura Sullivan, mientras sostiene en su mano unas cuantas cápsulas con aceite auténtico de foca recién matada en el Ártico, que de momento sólo se vende en Canadá.
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