

Estudio levanta nuevas hipótesis para el modo de vida de un grupo de pterossauros
Una de las partes más interesantes de la paleontología es determinar el modo de vida de formas extintas. En algunos casos, las asociaciones son relativamente simple de sean realizadas. Por ejemplo, no existe, en principio, un problema muy grande para inferirse que una especie fósil de un grupo de roedores haya vivido de manera similar a las formas de ese grupo que circulan hoy en día. El mismo vale para algunos anfibios, peces y reptiles, cuyos representantes actuales, por regla general, posiblemente mantuvieron al menos parte del comportamiento de sus "parientes" extintos.
Pero como hacer ese tipo de análisis cuando un grupo es totalmente diferente de todo lo que existe los días de hoy? Como encontrar un modelo que podría presentar semejanzas, al menos en términos de comportamiento, con las especies extintas?
Uno de los casos más complicados, que levantó - y continúa levantando - acaloradas discusiones entre los investigadores, es el de los pterossauros. En trabajo recién-publicado en la revista Plos One, Mark Witton y Darren Naish, de la Universidad de Portsmouth, en Reino Unido, buscan presentar nuevas hipótesis sobre los hábitos de vida de un grupo de esos animales alados.
Los pterossauros
También conocidos como reptiles voladores, los pterossauros poblaban el cielo del planeta entre aproximadamente 225 y 65 millones. Con una constitución bien distinta de todas las formas vivientes, ellos son considerados los primeros vertebrados la desarrollen el vuelo activo.
Entre las principales características de los pterossauros está el desarrollo de uno dígito - lo habitación -, que sustentaba una membrana alar. Esa constitución es bien distinta de la de los murciélagos, que poseen cuatro dígitos envueltos en el ala, y de las aves, que tienen penas y los huesos del antebrazo proporcionalmente más desarrollados. Debido a esas y otras características, los pterossauros no son aves o dinosaurios voladores, como muchas veces es informado de forma errónea, pero sí un grupo a la parte, que tuvo su propia trayectoria evolutiva.
El grupo estudiado por los investigadores ingleses es llamado de Azhdarchidae, que incluye Quetzalcoatlus northropi, de Texas (Estados Unidos). Con sus 10 metros de una punta al otro del ala, él es considerado el mayor animal volador de todos los tiempos. Representantes de esa especie también habían sido encontrados en depósitos en Estados Unidos, Japón, Marruecos, Kazajstán, China y en diferentes países de Europa. Algunos supuestos registros en Brasil todavía no habían sido confirmados. En común, la amplia mayoría de los depósitos se localiza en áreas del interior de los continentes y no en regiones costeras, de donde proviene la mayoría de los restos de los de más pterossauros.
La principal característica de ese grupo de reptiles alados está en el cuello: las vértebras cervicales son bien largas. Otra característica es el tamaño de las alas, que son proporcionalmente menores que las de otros pterossauros.
Hábitos alimentos
Desde los primeros descubrimientos, científicos buscaron dilucidar como esos animales se alimentaban. Una de las ideas más difundidas era la de que esos pterossauros comían carroña. Su cuello largo permitiría que ellos llegasen a partes más profundas de carcasas de dinosaurios, por ejemplo. Otra hipótesis estaba vinculada a la idea de que ellos podrían alimentarse de peces al sobrevolar cuerpos del agua extensos.
Sin embargo, según Witton y Naish, azhdarquídeos como Quetzalcoatlus y Zhejiangopterus (de China) no presentan ninguna particularidad en su anatomía que pudiese sugerir uno de esos dos hábitos. El cráneo es largo, pero no posee cualquier estructura que pudiese rasgar la carcasa de uno dinosaurio, cuyo cuero sería relativamente resistente.
Más adelante de esas, hubo la hipótesis de que los Azhdarchidae podrían alimentarse de forma semejante a la de las aves pernaltas, buscando invertebrados en regiones de manglar.. Aunque interesante, esa propuesta no encuentra mucho soporte cuando se analiza el tamaño de los pies de azhdarquídeos, bien como cogidas a ellos atribuidas: son demasiado pequeños para soportar el peso del animal en un sustrato tan plástico.
De esa forma, Witton y Naish concluyeron que esos pterossauros deberían ser animales que pasaban buena parte de su tiempo en tierra firme, de modo semejante la cigüeñas y formas afínes.. En términos de alimentación, ellos serían "oportunistas" : comían pequeñas presas, como lagartos o pequeños crías de dinosaurios. Según el nuevo trabajo, invertebrados y, eventualmente, frutificações también podrían formar parte de su dieta.
A pesar de la argumentación, el hecho es que habría solamente una única manera de confirmarse esa hipótesis: el análisis del contenido estomacal. Para evaluar la posibilidad de ese tipo de estudio, no hay que pensar mucho: se fósiles de animales voladores como los pterossauros son raros, imagine uno con los restos de su última alimentación!
De cualquier forma, solamente la visión dieses azhdarquídeos andando en tierra firme con su cuello "de jirafa", alzando vuelo de tarde en tarde, es algo fascinante y demuestra la diversidad de formas que existieron en el pasado de Terra.
Paleocurtas
Junchang Lü (Instituto de Geología de Beijing) y colegas habían publicado la descripción de uno nuevo pterossauro de China. Se trata de Shenzhoupterus chaoyangensis, procedente de la Formación Jiufotang (120 millones de años). Esa nueva especie de reptil volador poseía una apertura alar de 1,4 metros y un cráneo alto, totalmente distinto de todos los reptiles voladores encontrados hasta la presente fecha. El trabajo fue publicado por la Naturwissenschaften . También en la Plos One fue publicado el primer registro de cogidas de dinosaurios de la península arábica, más específicamente en el Yemen. Anne Schulp (Museo de Historia Natural de Maastricht, Holanda) y colaboradores identificaron rastros de varios grupos de dinosaurios herbívoros, algunos bípedos y otras cuadrúpedas, en rocas formadas entre el Jurásico Superior y el Cretácico. La importancia de esa descubierta está en el hecho de que registros de dinosaurios en aquella región son bastante escasos.
Liderados por Jason Anderson (Universidad de Calgary, Canadá), investigadores acaban de describir un nuevo anfibio primitivo procedente de rocas con aproximadamente 270 millones de años. Gerobatrachus hottoni está más próximamente relacionado al grupo que dio origen a los anuros (sapos y ranas) y a las salamandras. . Esa descubierta, publicada con destaque en la Nature, sugiere que la divergencia entre salamandras y anuros ocurrió en el Permiano y no en el Carbonífero (ca. 308 millones de años), como si suponía. Simon Morris (Universidad de Cambridge, Inglaterra) y John Peel (Universidad de Uppsala, Suecia) describieron una nueva especie de anelídeo: Phragmochaeta caniculares. El estudio de esa nueva forma, procedente de rocas del Cambriano Inferior de Groenlandia, está basado en 40 ejemplares y expande la ocurrencia de anelídeos primitivos del grupo poliquetas, que anteriormente eran comunes sólo en los famosos depósitos de Burgess Shale (Canadá). El artículo fue publicado en la Acta Palaeontologia Polonica.
Los investigadores ingleses Charlie Underwood y David Ward acabaron de realizar un levantamiento de dientes de tiburones procedentes de depósitos cretácicos de Inglaterra. Ellos colectaron una gran cantidad de material e identificaron una serie de nuevas especies, con destaque para los Carcharhiniformes. Ese grupo de tiburones es bastante diversificado los días de hoy, pero las especies fósiles todavía son mucho desconocidas. El estudio fue publicado por la Palaeontology. Uno sorprendente hallado acaba de ser noticiado por John Long (Museo de Victoria, Melbourne, Australia) y colaboradores: un pescado vivíparo. La nueva especie, denominada Materpiscis attenboroughi, fue encontrada en rocas con 380 millones de años en Australia y pertenece al grupo llamado de placodermas, bastante común en los mares devonianos. El ejemplar es tan bien preservado que el embrión fue encontrado en el "útero" materno, juntamente con cordón umbilical. El estudio fue publicado con destaque.
Fuente:
Museo Nacional / UFRJ
Academia Brasileña de Ciencias
Cienciahoje Insituto Brasileño CH
Link:
http://cienciahoje. uol.com.br/
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