La disponibilidad del acceso a Internet de alta velocidad es más bien un derecho que un privilegio.
Washington.-- El año nuevo siempre trae esperanzas de que las cosas cambien. Y para 2009 hay mucho que esperar, especialmente en el mundo de la tecnología, que siempre ha prometido ayudarnos a hacer más con menos. Aunque, a veces, la tecnología acaba poniéndosenos en el camino en lugar de pavimentar nuestro camino al éxito.
Veamos qué nos promete el año 2009.
Norma inalámbrica
El mundo necesita urgentemente que el IEEE -el Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos, encargado de aprobar las normas de transmisión inalámbrica- ratifique por fin la norma 802.11n, el protocolo inalámbrico de la próxima generación, pendiente desde hace años.
La mayor parte de las cosas que hacemos con la computadora está ligada a Internet o se encamina hacia esa dirección, de modo que nunca ha sido más importante una rápida conectividad a la red. El protocolo 802.11n proporciona velocidad, y mucha. Una buena conexión a una red 802.11n es tan rápida como una conexión Ethernet habitual.
No obstante, los productos 802.11n actualmente en el mercado ostentan la abreviatura "draft" ("borrador"), porque el IEEE sigue marcando el paso en la ratificación de la norma. El retraso nos afecta a todos, porque ralentiza la adopción de equipos más rápidos, y sigue pendiente la amenaza de que los equipos que compramos hoy no sean del todo operables con la norma final.
La ratificación plena de la especificación 802.11n en 2009 acelerará la producción innovadora de aplicaciones basadas en la web y llevará al mercado una plétora de productos inalámbricos de bajo costo.
DVD Blu-Ray
El año 2008 vio el final de la guerra por las normas DVD de alta definición, con el triunfo de la norma Blu-Ray de Sony por sobre su competidora HD-DVD. Pero ¿hay millones de fans de la alta definición corriendo a las tiendas a comprar reproductores Blu-Ray? No es así, lamentablemente.
Esto es porque los precios de los reproductores y grabadoras Blu- Ray DVD siguen siendo prohibitivamente altos. No todos están dispuestos a pagar 300, 400 o incluso 500 dólares por un reproductor Blu-Ray DVD, cuando modelos adaptados que se venden por 50 dólares se acercan mucho a la calidad Blu-Ray.
Sony tiene que rebajar los precios de su licencia o, de lo contrario, se arriesga a haber ganado la batalla perdiendo la guerra por el corazón y la mente de los consumidores de tecnología. En este campo, el lograr una masa crítica hace tanto como el ganar la batalla por una norma.
Recordemos a Apple, que en los años 80 perdió mucho en el mundo de las computadoras IBM compatibles al mantener la propiedad de su tecnología y sus altos precios. Esperemos que Sony vea la luz en 2009, antes de que otras tecnologías aparezcan y conviertan los discos DVD en algo irrelevante.
Memoria SSD
Los discos duros actuales -basados en platos magnéticos que giran rápidamente- han sido durante años el principal cuello de botella para el desarrollo de las computadoras personales. Los fabricantes han intentado mejorar el rendimiento incrementando la velocidad de rotación de los platos, pero el impulsar esta tecnología ha tenido siempre sus lados negativos, traducidos en más calor y más ruido.
Y, sin importar los recursos a los cuales los fabricantes echan mano para mejorar el rendimiento, no logran superar el talón de Aquiles de los discos tradicionales: su fragilidad. Todos los datos pueden desaparecer en el milisegundo que toma el colapso de un disco duro.
Los discos sólidos -abreviados SSD o "Solid state drives"- solucionan el problema a lo grande. Con el uso de chips de memoria no volátil -que no pierden lo que tienen almacenado si se corta la corriente- estos discos son muchas veces más rápidos que los discos duros tradicionales para determinadas operaciones.
En lugar de esperar tres minutos o más para que arranque el sistema operativo ¿qué tal si eso ocurre en 20 segundos? Además de ello, hay otros beneficios añadidos: no hay ruido, menor temor a la pérdida de datos, baja producción de calor y mucho menor consumo de electricidad.
Actualmente, el único lado negativo es el costo. Un SSD de 64 gigabytes cuesta 200 dólares o más, mientras que con los mismos 200 dólares se compra usted hoy dos discos duros tradicionales de 1 terabyte. No obstante, los discos SSD son hoy útiles para usuarios de computadoras portátiles. Es aquí donde cabe esperar que en 2009 los precios de los discos SSD caigan y se incremente su capacidad, haciéndolos útiles también para usuarios de computadoras de sobremesa.
Windows 7 a la vista
Con el correr de los años, los usuarios de Windows se han vuelto cínicos, al continuar Microsoft prometiendo mucho pero cumpliendo menos con cada nueva versión de Windows. Windows Vista ha sido un fracaso desde todo punto de vista, decepcionando a quienes constatan que la bella cara visual de este sistema operativo no compensa su bajo rendimiento ni sus baches de compatibilidad.
Pero los usuarios de Windows tendrán una agradable sorpresa bajo la forma del sucesor de Vista, Windows 7. Microsoft entregó ya una primera versión beta del sistema operativo a los representantes de la prensa tecnológica. Aun en su forma actual, Windows 7 demuestra que Microsoft ha aprendido de sus errores con Vista y se está centrando en lo que realmente interesa a los usuarios: que el programa responda, que sea intuitivo y que haga bajo uso de los recursos del sistema.
En la etapa actual Windows 7 ya se ve como un producto acabado, y de partida es visible el mejoramiento en cuanto a velocidad. Un reciente test demostró que Windows 7 es más rápido que Vista o XP, por un buen margen en algunos casos.
Otras molestias también han desaparecido: las molestas casillas de diálogo de Control de Cuentas de Usuario son menos prevalentes y se ha añadido pequeños mejoramientos en la interfaz para hacer el uso de la computadora menos frustrante. Windows 7 será bueno para la industria tecnológica y bueno para los usuarios de computadora. Esperemos que llegue a su escritorio en el curso de 2009.
Dispositivos de entrada
El hecho quizás más curioso de la tecnología personal es que ha descansado en gran parte en dispositivos de entrada -el teclado y el ratón- que son incómodos, molestos o fuente de error para mucha gente.
Como seres humanos, podemos hacer mucho más usando nuestras manos para tocar y mover objetos y nuestra voz para dar instrucciones e interactuar. Pero los productos tecnológicos no han sido lo suficientemente inteligentes como para permitirnos interactuar con ellos de esas maneras.
Esto está comenzando a cambiar, y en 2009 tenemos pleno derecho a esperar que tendremos a disposición opciones de entrada más naturales. Tanto Microsoft como Apple han mostrado claramente protagonismo en la arena táctil. La interfaz táctil del iPhone ha inspirado ya a decenas de imitadores, y el dispositivo Surface de Microsoft está apareciendo en cientos de zonas públicas.
Incluso se afirma que Windows 7, el sucesor de Vista, respaldará pantallas táctiles además de las pantallas tradicionales. Es aquí donde cabe esperar que el año 2009 traiga una serie de nuevos productos que nos permitan trabajar más intuitivamente que con el teclado y el ratón.
Banda ancha para todos
Ahora más que nunca, si usted no está conectado a Internet, no está conectado a la oportunidad, al progreso o al resto del mundo. Lamentablemente, lenta o no, la ausencia de conexión a Internet sigue siendo un hecho real para muchas personas, especialmente en regiones apartadas del mundo.
Debido a que la extensión de líneas de banda ancha a zonas de baja densidad de población suele ser difícil de justificar desde el punto de vista comercial, quedará a la iniciativa gubernamental y al imperativo público el hacer una prioridad el amplio acceso a Internet de alta velocidad.
Ello es posible y quedarán fuera de toda discusión las ventajas a largo plazo del esfuerzo y el costo, al tiempo que más personas son incorporadas a las fuerzas globalizadas del mundo de hoy, convirtiéndose en último término en importantes contribuyentes a las economías locales.
Es aquí donde cabe esperar que en 2009 nos movamos resueltamente hacia el hacer de la disponibilidad del acceso a Internet de alta velocidad más bien un derecho que un privilegio.
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