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Monday, April 12, 2010

Parámetros orbitales y clima terrestre


Encuentran una correlación entre el clima terrestre de los últimos 1.200.000 años y la excentricidad de la órbita terrestre, pero este patrón no se da si se consideran los últimos 5 millones de años.

Un análisis de los últimos 1,2 millones de años realizado por Lorraine Lisiecki, de UC Santa Barbara, estudia los patrones climáticos del pasado terrestre y su relación con los cambios periódicos en los parámetros orbitales terrestres.
Lisiecki realizó un estudio del clima terrestre mediante el análisis de muestras de sedimentos marinos procedentes de 57 localizaciones distintas a lo largo de todo el mundo. Gracias a este tipo de análisis se puede estudiar el clima terrestre a lo largo de millones de años. Los sedimentos marinos se han ido acumulando por capas a lo largo del tiempo, llevándose con ellos información sobre el momento en que se depositaron. Cuanto más profunda haya sido tomada la muestra más antigua será, revelando el clima de una época específica. Lisiecki ha conseguido relacionar el clima con los cambios naturales de la órbita terrestre en el pasado.
Esta investigadora, después de comparar y analizar los datos obtenidos, señala que el patrón de cambios climáticos sobre el pasado millón de años probablemente está relacionado con complicadas interacciones entre diferentes partes del sistema climático, así como con tres sistemas orbitales diferentes. El primero es la excentricidad de la órbita, el segundo su inclinación (oblicuidad) y el tercero es la precesión de los equinoccios, que son los cambios en la orientación del eje de rotación (con un ángulo de inclinación fijo). Parámetros orbitales que han sido relacionados en diversas teorías con el clima y las glaciaciones. Así que esta investigadora se puso a comprobarlo.

Se sabe que la órbita terrestre cambia de forma en un ciclo de 100.000 años, haciéndose más elíptica (más excéntrica) o más circular en ese intervalo temporal. Además, las glaciaciones han ocurrido también cada 100.00 años, durante los últimos 800.000 años.Lisiecki encontró que la cronología de los cambios en el clima y en la excentricidad de la órbita terrestre coinciden. La correlación entre ambas aspectos es muy clara según Lisiecki y no es probable que ambos eventos no estén relacionados uno con el otro.Por otro lado, no encontró correlación alguna entre la oblicuidad y el clima terrestre en el periodo analizado.

Además de esta conexión entre glaciaciones y forma de la órbita terrestre, Lisiecki encontró otra correlación sorprendente. Descubrió que los ciclos glaciares más importantes sucedieron durante los cambios más débiles en la excentricidad de la órbita terrestre y vice versa, pues los cambios más fuertes en la órbita terrestres se correlacionaban con cambios más débiles en el clima.Según ella, esto significa que el clima terrestre tiene una inestabilidad interna que se añade a la sensibilidad a los cambios orbitales.

Sin embargo, no encontró correlación alguna entre este ciclo orbital de 100.000 años y el clima en los últimos 5 millones de años. Esta investigadora propone que esta ausencia de correlación se debería a una fuerte precesión asociada con una fuerte excentricidad que perturbaría los sistemas de retroalimentación internos del sistema climático que controlan el ciclo glaciar de 100.000 años. Según ella, esto apoyaría la hipótesis de que los ciclos de retroalimentación climáticos dirigidos internamente son la fuente de las variaciones de 100.000 años.

http://www.nature.com/ngeo/journal/vaop/ncurrent/abs/ngeo828.html

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Pensamiento de hoy

febrero, 2008
Aprender sin pensar es tiempo perdido, pensar sin aprender es peligroso.
Confucio, filósofo chino.


"No hay viento favorable para el que no sabe a dónde va" (Séneca)

Camuflaje OVNI

Copyright

En nuestro mundo, una de las facultades que más nos asombra del mundo animal es la llamada mimetismo. Esta es la capacidad de los organismos vivos para pasar inadvertidos para los depredadores. Las variantes son múltiples, desde cambiar el color del pelaje, confundiéndose con su medio, hasta el de adquirir las formas de su entorno, incluso cuando nosotros mismos observamos el comportamiento de animales de nuestro interés, utilizamos el recurso del camuflaje. En la guerra la invisibilidad es una premisa, es por eso que la nación que logre duplicar el camuflaje OVNI obtendrá todas las ventajas sobre su enemigo. Actualmente existen naves invisibles, por lo menos para el radar, como el llamado Stealth Fighter, que por su diseño y pintura especial pasa inadvertido para los radares.

Einstein, en una de sus teorías afirmaba que mediante procesos magnéticos haciendo vibrar un objeto, esté podría desplazar el espectro electromagnético visible que despiden los objetos haciéndolos completamente indistinguibles para el ojo humano. Teoría que se probaría en el tristemente célebre experimento Filadelfia en 1947, con repercusiones bastante lamentables.

Los rayos infrarrojos y ultravioleta están por encima y por debajo, respectivamente, del espectro visible para el ojo humano. Para que una frecuencia infrarroja pueda ser perceptible son necesarios elementos ópticos y tecnológicos de los que carece el ojo humano, sin embargo, un ejemplo claro para poder realizarlo en nuestro hogar, basta colocar un telemando frente a una cámara de video y observarlo en el monitor de televisión.

Esto explicaría cómo aparece y cómo queda registrado en un video un OVNI, cuando al realizar la grabación éste no se observa y ni siquiera es el centro de atención. No obstante, este fenómeno también se produce en negativos fotográficos aun cuando este proceso (óptico químico) es diferente al video. Dando una idea de que si nuestras percepciones físicas no pueden detectar estos avistamientos, sí se cuenta con elementos para poder observarlos.

Otro tipo de camuflaje OVNI (al menos físico y visible), sería el de adoptar las formas del entorno atmosférico, en este caso nubes. Se han registrado avistamientos donde los observadores de estos fenómenos, ven claramente cómo las nubes tienen movimientos caprichosos en el cielo. Estos movimientos por cierto muy semejantes a los observados a través de la historia, donde incluso algunos casos se observan bajar entidades de las mismas.

Por otra parte, la misma maniobrabilidad de algunos OVNI´s hacen que pasen desapercibidos para algunos instrumentos de detección, esto como es de suponerse, sólo es necesario hallarse fuera del campo que cubre un radar, colocándose por encima o por debajo para pasar inadvertido. En medio de estos parámetros explicativos queda otra interrogativa, ¿se pueden ver o fotografiar entidades que se desarrollan en un plano de tres dimensiones? No, no se puede, ya que no obedecen las leyes físicas y ópticas del mismo comportamiento que conocemos, haciendo imposible dejar constancia en una placa o en un video, al menos con la óptica terrestre tal y como la conocemos.

Como se podrá deducir entonces, el hecho de que observemos OVNI´s en el cielo, sólo puede tratarse de un acto consciente de ser observados y enterarnos que allá arriba está sucediendo algo.