Las "estelas químicas" o "Chemtrails" son un fenómeno que se viene observando desde 1987.
Los gobiernos niegan su existencia y argumentan que tan solo son "estelas de condensación normales", pero los hechos apuntan hacia explicaciones más inquietantes.
El hecho de que los gobiernos no quieran declarar nada acerca del fenómeno de los chemtrails, y que por el contrario, oculten la realidad de las estelas químicas, es ya un dato significativo que nos mueve a pensar que, sean lo que sean esas estelas, no son algo bueno para población.
Edward Teller, físico y padre de la bomba de hidrógeno, en un reportaje del Wall Street Journal de 1997, anunció que estaba a favor de inyectar partículas en el cielo que disgregasen la luz del sol en la estratosfera para evitar el calentamiento global.
Paul Crutzen, Premio Nobel de Química, en agosto del 2006, propuso hacer un experimento consistente en desarrollar en la estratosfera películas de azufre para evitar que parte de la energía solar llegase a la Tierra.
Quería lanzar con cañones, sulfuro de hidrógeno. Por oxidación, se forma dióxido de azufre, del cual, a su vez, también por oxidación se crean partículas de ácido sulfúrico.
Pero..¿Estas mentes pensantes pensaban en las consecuencias que podrían originar en la salud de todas las personas? ¿Consideraban a las poblaciones víctimas colaterales de sus extravagantes ideas? ¿Pueden ser las estelas del cielo el desarrollo real de las tesis de estos supuestos científicos que les importa un bledo la vida de los demás?.
Miguel Jara ha escrito un libro muy interesante e instructivo, que nos abre los ojos ante la manipulación de nuestra salud por las farmacéuticas titulado: La salud que viene: Nuevas enfermedades y el marketing del miedo.
En el mismo contiene un capítulo que trata sobre la geoingeniería titulado: Escrito en el cielo. El planeta de la eterna primavera. Nos desvela muchísima información sobre las estelas.
Bien es cierto que por ahora no se ha podido llegar a una conclusión final de lo que está ocurriendo en nuestros cielos. Pero seguramente no vamos mal encaminados. Algo ocurre y esas estelas sean lo que sea, están originando problemas de salud y no son normales. Y lo que es peor, esas estelas se encuentran ya en numerosas partes del mundo.
CHINA, EXPERTOS EN EL CLIMA
Las Autoridades chinas no se andan con tapujos o mentiras.
El 8 de agosto de 2008, el cielo pekinés era bombardeado con 1.110 cartuchos de yoduro para asegurar una noche clara durante la inauguración de los Juegos Olímpicos.
De forma más reciente ha vuelto a poner en marcha su artillería meteorológica para despejar las nubes y poder lucir un desfile militar que conmemoró el 60 cumpleaños de su renacer comunista.
El 29 de noviembre del 2009, en Pekín y en solo 24 horas se pasó de un día primaveral que se podía pasear con mangas de camisa, a una espesa nevada que cubría de blanco la ciudad, en medio de un fuerte viento que tumbó árboles, descendiendo las temperaturas a tres grados bajo cero.
Aprovechando la prevista disminución del termómetro, la Oficina de Modificación del Tiempo bombardeo el cielo como si de un ataque aéreo se tratara provocando la caída de la nieve.
186 dosis de yoduro plata, una sustancia catalizadora que libera hidrógeno, entró en contacto con el oxígeno de la atmósfera, aceleró la lluvia y cuajó en hielo y nieve en cuanto el mercurio bajó por la noche a los cero grados.
GEOINGENIERIÍA, UN TOQUE DE ATENCIÓN

A pesar de todo ello, el Organismo Subsidiario de Asesoramiento Científico, Técnico y Tecnológico de Naciones Unidas, establece que “ninguna actividad de geoingeniería relacionada con el clima tendrá lugar hasta que haya una base científica adecuada para justificar tales actividades.
Pero…. ¿y si existe un equipo de científicos que justifica la actividad? ¿No es preferible estudiar primero las consecuencias que podrían derivarse de una intervención del clima en el que no podemos controlar? ¿Quién va a controlar estos experimentos? ¿Con que derecho pueden jugar a ser Dioses con unos elementos que jamás podrán ser domados por el hombre por mucho que se empeñe? ¿Pueden ser la estelas una de esas justificaciones de cara al cambio climático?
Sin embargo los defensores de la geoingeniería se cuentan por cientos, se agrupan y no cabe duda de que tienen hasta lobbys en el Parlamento Europeo para que se dicten leyes a su conveniencia. La manipulación de políticos es global mientras no cambie el sistema actual de gobernar.
Naomi Klein escritora canadiense exclama: ¿Cómo se atreven a reclamar el derecho a bloquear el sol, a pintar las nubes, a cambiar la química del océano?.
Miren cuánto petróleo se derramó en el Golfo de México. Si hay alguna lección de este desastre es que no podemos controlar los efectos de nuestra tecnología y nuestra tecnología no es capaz de remediar las perturbaciones de la tierra que nosotros mismos desatamos.
LLUVIA NANOBACTERIANA
Cuando las Fuerzas Aéreas de USA empezaron a analizar la estratosfera, en los años 60, obtuvieron asombrosos resultados. Se han encontrado bacterias, esporas de hongos y virus desconocidos en la superficie de la Tierra. También se encontraron otras formas de vida más pequeñas que las bacterias.
El descubridor de esas “nanobacterias”, como las ha llamado el Doctor Fol., las describe como la mayor población, hablando numéricamente, de nuestro planeta, en los siguientes términos: “Estas son una forma diminuta de bacterias, que tienen 1.000 veces menos volumen que una bacteria normal y son varias veces más numerosas que aquellas”.
Como estas supuestas estelas que amenazan nuestros cielos se extienden sobre áreas de mucha población, donde los cambios de temperatura son mayores y se necesitan con más urgencia un enfriamiento de la Tierra (al menos en opinión de Highes Aeroscope), hemos de asumir que las estelas químicas invadidas de partículas, poco a poco bajaran al suelo y junto a esos habitantes de la estratosfera que les han sacado de su ecosistema, entraran en contacto con los pulmones de los seres humanos.
Nuestro sistema inmunológico puede que no los reconozca y la falta de resistencia pudiera conducir a una amplia variedad de enfermedades. Puede ser, no que suceda. Pero el silencio administrativo hace que las especulaciones aumenten. El peligro está presente. Uno más añadido a los muchos existentes realmente.
ALUMINIO

Sin embargo el problema se agrava. De un tiempo a esta parte y dicho por personal que recoge las mediciones atmosféricas que analizan el tanto por ciento de las gramíneas y otras sustancias de nuestra atmósfera que respiramos, en diferentes estaciones distribuidas por la ciudad y el campo, advierten que se viene observando un gran aumento, superior al límite autorizado (si es que debería de existir límites pues lo ideal es 0) de partículas de Aluminio y otros metales pesados.
Por trabajadores de campo del Ministerio de Medio Ambiente han observado que el gorrión, el típico pajarito que revoletea en todos los campos y áreas urbanas, está desapareciendo. Sus poblaciones están experimentando un fuerte declive.
El gorrión es sensible al medio donde vive. ¿Qué les está ocurriendo? Por el momento no hay explicación. Son muchos misterios coincidentes en el tiempo. Estelas, alto índice de partículas de aluminio, poblaciones de gorriones que disminuyen…..¿Qué ocurre en nuestros cielos?
En California, un productor de energía solar, notaba que la producción energética bajaba cuando en el cielo se cubría con estelas de los aviones que lejos de desaparecer, se ensanchaban formando una capa de nube. Los paneles solares no rentaban tanto como cuando el cielo estaba totalmente despejado.
Más tarde comprobó que en sus placas solares, se observaba un polvillo. Recogió muestras del mismo y los llevó a analizar. Esto iba a ser el comienzo de una cadena de datos alarmantes y pruebas. El polvo estaba lleno de aluminio y bario, con una concentración extremadamente alta para estos productos químicos en el área del condado de Shasta que además correlacionaba con los resultados de muestras de otras localidades de la zona.
Sin embargo, cuando las estelas aparecen, el rendimiento de sus placas es menor y tiene claro que las consecuencias son debidas a esas estelas que permanecen en los cielos.
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