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Thursday, May 14, 2009

Leyendo… ciencia en La máquina del tiempo


El ser humano se mueve en un mundo espacial en tres dimensiones que es capaz de aprehender con sus sentidos y en el cual puede desplazarse. El tiempo es la cuarta dimensión, entonces la pregunta que surge es por qué no puede desplazarse también en el marco de esta variable. En realidad sí lo hace, pero únicamente en un sentido, hacia el futuro: el presente de la escritura de estas líneas es ya pasado para usted que está leyéndolas.

Nos desplazamos con el tiempo, no en el tiempo, puesto que en este último caso ello significaría también ser capaces de retroceder, y de poder ganarle pudiendo avanzar más rápidamente que él, trascender los acontecimientos… Cuenta una historia infantil que había una vez un joven príncipe al que alguien dio un ovillo mágico, tan mágico que bastaba con desenrollarlo tirando de la hebra para que se mostrara ante sus ojos su futuro. Lleno de curiosidad, desovilló progresivamente la madeja y se vio secuencialmente joven esposo, padre, hombre maduro… El ovillo era una particular máquina del tiempo con un gran defecto: no era capaz de dar marcha atrás.

La novela “La máquina del tiempo” explica la historia de un sabio que construye un artefacto para moverse en la llamada cuarta dimensión y, por supuesto, lo utiliza. En ella el escritor inglés H.G. Wells no le permite a su viajero el mismo error de cálculo del príncipe, pues su máquina se desplaza en todos los sentidos temporales: puede remontar hacia la Tierra primitiva y avanzar hasta un futuro en el que se intuye el final de la vida del Sol. Pero no hace lo mismo en el espacio, pues siempre aterriza exactamente en las mismas coordenadas en las que partió. Este hecho conlleva un riesgo enorme para la máquina y su ocupante, que podrían desintegrarse de detenerse en un momento en el que en ese lugar hubiera un cuerpo rígido. En la historia contada esto no ocurre. En la historia imaginada por el lector podría ocurrir, puesto que el escritor deja una puerta temporal abierta a otras posibilidades, como no podía dejar de ser. Es la gran ventaja de este tipo de relatos: el protagonista siempre puede regresar al momento exacto en el que partió.

Wells, nacido a mediados del s. XIX, es uno de los novelistas que contribuyó a establecer las bases de la ciencia ficción e influyó en las actuales creencias populares sobre cómo pueden ser otros mundos, por ejemplo en la percepción de la apariencia de esos grandes protagonistas que son los marcianos. Abordó la gran mayoría de los que actualmente se consideran los grandes temas en el género, y que han sido a posteriori retomados una y otra vez: la invasión por extraterrestres; los superpoderes; el peligro subyacente en la experimentación descontrolada y, por supuesto, el viaje en el tiempo. Algunos de sus planteamientos fantasiosos han sido validados por la Historia, como la ida a la Luna.

Las novelas con dichos contenidos, entre ellas, “La guerra de los mundos”, “El hombre invisible”, “La isla del doctor Moreau”, “La máquina del tiempo” o “Los primeros hombres en la luna”, fueron para él un modo de plantear cuestiones de ética en el momento histórico que vivía, muchas de los cuales son todavía vigentes. Wells no se limitó a escribir ciencia ficción, sino que también publicó historias con un argumento social y político. Con una ideología de izquierda, aspiraba a la igualdad de clases y a una mejora de la Humanidad en el futuro. Sus inquietudes personales están magistralmente reflejadas en “La máquina del tiempo”.

El viajero, pese a su erudición, no está preparado para comprender en el año 802.701 lo que es el resultado de la evolución de una sociedad extremadamente dividida. Se encuentra con dos especies tan distintas que le cuesta asimilar que el antepasado de ambas sea el mismo ser humano. Los bellos Elois descienden de las clases altas mientras que los inquietantes Morlocks son los herederos de los obreros, y de hecho continúan ocupándose de la maquinaria en ese otro mundo… y manifiestan una inquietante fascinación por su aparato. La vida demasiado perfecta, la carencia de preocupaciones, la indolencia… han llevado a los Elois a una existencia puramente decorativa que su rol anterior de clase dominante no permitía predecir.

Wells provoca la reflexión a través del pensamiento de su viajero del tiempo y de las sucesivas interpretaciones que éste hace del modelo de sociedad con el que se encuentra, así como de cuál ha sido el camino recorrido hasta llegar a ella. Se equivoca en varias ocasiones… ni siquiera sabe si su hipótesis final es la correcta. El protagonista mantiene en lo posible, dentro de sus circunstancias de exiliado temporal, una actitud respetuosa con el método científico. Asimismo siempre está presente en el libro el conocimiento, como cuando se encuentra con lo que antaño había sido un museo, lo que le permite realizar no pocas divagaciones.



La prosa de Wells no es especialmente cuidadosa, es lo que cuenta lo que atrapa al lector (y también al espectador, puesto que se han hecho varias películas a partir de sus historias). Él mismo no daba excesiva importancia al estilo, le interesaba destacar el contenido, y éste tuvo la fuerza suficiente para hacer de él un gran escritor. En este libro la lucha de clases es llevada al sentido más literal del término y tiene consecuencias nefastas también para el grupo social en teoría más privilegiado. Quizás sea un lamento, escondido pero lamento al fin y al cabo, por una oportunidad perdida, la de que la especie humana mejore cualitativamente con el transcurso del tiempo. O quizás sea una advertencia: todavía está a tiempo de hacerlo mejor.



Siempre el tiempo… A leer, y releer.

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Mystery Space Machines

Pensamiento de hoy

febrero, 2008
Aprender sin pensar es tiempo perdido, pensar sin aprender es peligroso.
Confucio, filósofo chino.


"No hay viento favorable para el que no sabe a dónde va" (Séneca)

Camuflaje OVNI

Copyright

En nuestro mundo, una de las facultades que más nos asombra del mundo animal es la llamada mimetismo. Esta es la capacidad de los organismos vivos para pasar inadvertidos para los depredadores. Las variantes son múltiples, desde cambiar el color del pelaje, confundiéndose con su medio, hasta el de adquirir las formas de su entorno, incluso cuando nosotros mismos observamos el comportamiento de animales de nuestro interés, utilizamos el recurso del camuflaje. En la guerra la invisibilidad es una premisa, es por eso que la nación que logre duplicar el camuflaje OVNI obtendrá todas las ventajas sobre su enemigo. Actualmente existen naves invisibles, por lo menos para el radar, como el llamado Stealth Fighter, que por su diseño y pintura especial pasa inadvertido para los radares.

Einstein, en una de sus teorías afirmaba que mediante procesos magnéticos haciendo vibrar un objeto, esté podría desplazar el espectro electromagnético visible que despiden los objetos haciéndolos completamente indistinguibles para el ojo humano. Teoría que se probaría en el tristemente célebre experimento Filadelfia en 1947, con repercusiones bastante lamentables.

Los rayos infrarrojos y ultravioleta están por encima y por debajo, respectivamente, del espectro visible para el ojo humano. Para que una frecuencia infrarroja pueda ser perceptible son necesarios elementos ópticos y tecnológicos de los que carece el ojo humano, sin embargo, un ejemplo claro para poder realizarlo en nuestro hogar, basta colocar un telemando frente a una cámara de video y observarlo en el monitor de televisión.

Esto explicaría cómo aparece y cómo queda registrado en un video un OVNI, cuando al realizar la grabación éste no se observa y ni siquiera es el centro de atención. No obstante, este fenómeno también se produce en negativos fotográficos aun cuando este proceso (óptico químico) es diferente al video. Dando una idea de que si nuestras percepciones físicas no pueden detectar estos avistamientos, sí se cuenta con elementos para poder observarlos.

Otro tipo de camuflaje OVNI (al menos físico y visible), sería el de adoptar las formas del entorno atmosférico, en este caso nubes. Se han registrado avistamientos donde los observadores de estos fenómenos, ven claramente cómo las nubes tienen movimientos caprichosos en el cielo. Estos movimientos por cierto muy semejantes a los observados a través de la historia, donde incluso algunos casos se observan bajar entidades de las mismas.

Por otra parte, la misma maniobrabilidad de algunos OVNI´s hacen que pasen desapercibidos para algunos instrumentos de detección, esto como es de suponerse, sólo es necesario hallarse fuera del campo que cubre un radar, colocándose por encima o por debajo para pasar inadvertido. En medio de estos parámetros explicativos queda otra interrogativa, ¿se pueden ver o fotografiar entidades que se desarrollan en un plano de tres dimensiones? No, no se puede, ya que no obedecen las leyes físicas y ópticas del mismo comportamiento que conocemos, haciendo imposible dejar constancia en una placa o en un video, al menos con la óptica terrestre tal y como la conocemos.

Como se podrá deducir entonces, el hecho de que observemos OVNI´s en el cielo, sólo puede tratarse de un acto consciente de ser observados y enterarnos que allá arriba está sucediendo algo.