No descarte lo que en apariencia no tiene explicacion...bienvenido a mi viaje y las experiencias que quiero compartir con ustedes. Como alguien una vez me dijo: SI NO SUBES LA MONTAÑA, NO DESCUBRIRAS LA LLANURA
House Music Ivan Robles
Friday, May 22, 2009
Los niños no son índigos
No todo en la vida es de un color o de otro. Miren sino el arco iris.Paulo Coelho
¿Acaso es tan difícil de ver? No hay niños color índigo, sólo hay niños del color de su piel. Y con esto quiero decir que esto de catalogar a los niños como índigo (supuestamente por el color de su vida, lo que eso sea), no es nada útil para nadie, y sí provoca una expectativa falsa sobre ideas que están muy lejos de la realidad.
¿Que es un niño índigo?
Hace unos años escuché por primera vez esto de los niños índigos. Investigué un poco y descubrí que esta clasificación tiene que ver con lo que una persona de nombre Nancy AnnTappe afirma percibir alrededor de las personas. Ella misma describe esta percepción como una forma de sinestesia (lo que en su acepción sicológica significa "Imagen o sensación subjetiva, propia de un sentido, determinada por otra sensación que afecta a un sentido diferente", según la RAE), que le permite ver colores cuando conoce una persona. Según ella, por allá por la década de 1960, comenzó a percibir colores en las personas, detectando en algunos niños una coloración tendiente al azul (o índigo), color nuevo para su "experiencia colorida", y que además presentaban algunas características raras para aquél entonces.
Tappe afirma que fue la primera persona que identificó esta coloración como un cambio evolutivo en la humanidad. Afirma también que actualmente hay dos presidentes que tienen esa característica de "color de vida": Barack Obama y Rafael Correa (de Ecuador). Algunos de sus seguidores, notablemente Lee Carroll y Jan Tober, abundaron sobre el tema, hasta hacerlo harto popular, especialmente entre la gente que sigue el movimiento denominado de la "Nueva Era". Ellos definen al niño índigo así:
Es un niño que muestra una nueva y poco usual serie de atributos sicológicos con un patrón de comportamiento no documentado antes. Este patrón de comportamiento tiene factores comunes únicos que sugieren a quienes interactúan con los niños (los padres en particular) que deben cambiar la forma de tratarlos y de criarlos para poder lograr un equilibrio adecuado. Ignorar estos nuevos patrones de comportamiento es crear un desequilibrio potencial y una gran frustración en la mente de estas preciosas nuevas vidas.
La primera crítica es que ellos dicen que los atributos sicológicos de estos niños son poco usuales. Como comentaré más adelante, pueden ser poco usuales de acuerdo a ciertos cánones, pero no lo serían tanto si suponemos otras causas más comunes como "disparadoras" de ese comportamiento. Pero ¿qué características tienen? Si no se es la Sra Tappe (o alguno de sus enriquecidos seguidores) y no se tiene esa cromatográfica sinestesia ¿cómo identificar que un niño es o fue índigo?
Yo me hubiese imaginado algo así como una especie de ondas alfa del cerebro o un campo electromagnético identificable mediante instrumentos. Pero no es nada de eso, nada que pueda medirse o comprobarse en forma independiente. Es la visión de esta mujer y de los seguidores de su método, lo que hace que la clasificación se realice. Y algo más para los no sinestésicos como su seguro servidor, consistente en una serie de características observables, que listo a continuación (tomado del libro "Niños Indigo" de Lee Carroll y Jan Tober):
Ellos vienen a este mundo con un sentimiento de realeza (y frecuentemente se comportan como tales).
Ellos tienen la sensación de "merecer estar aquí" y se sorprenden cuando otros no comparten esa misma sensación.
La autoestima no es para los Niños Índigo un gran tema de preocupación (ellos con frecuencia les dicen a sus padres "quienes son ellos" - los niños).
Ellos tienen dificultad en aceptar una autoridad absoluta (autoridad sin ninguna explicación o sin más alternativas).
Ellos simplemente no harán ciertas cosas; por ejemplo: esperar en una fila es muy difícil para ellos.
Se frustran con sistemas que son como rituales y que no requieren de pensamientos creativos.
Con frecuencia ellos tienen mejores formas de hacer las cosas, tanto en la casa como en la escuela, lo que los hace ser como rebeldes, inconformes con cualquier sistema.
Parecen muy antisociales a menos que se encuentren entre niños de su misma clase. Si no hay otros con el mismo nivel de consciencia, a menudo se tornan retraídos, sintiendo que ningún ser humano los entiende. La escuela es para ellos un sitio donde les es muy difícil socializar.
Ellos no responderán a la disciplina de "culpa" ("espera que tu padre llegue a casa y se entere de lo que has hecho").
Ellos sienten timidez en expresarle a usted lo que necesitan.
Pues estas descripciones me parecen a las características de los signos del zodiaco. Como que cualquiera puede entrar en el aro. Pero quizás no cualquiera. Si leemos con detenimiento estas características y las analizamos podremos entender que quizá algo más prosaico y mundano se encuentra detrás de este concepto que representa una supuesta evolución espiritual.
Empecemos con la primera: Ellos vienen a este mundo con un sentimiento de realeza (y frecuentemente se comportan como tales). Esto no tiene nada de especial. Todos los bebés recién nacidos manifiestan ese comportamiento. Ningún niño recién nacido pedirá las cosas por favor o expresará de manera educada que desea que le satisfagan sus necesidades (por razones obvias). Simplemente expresará un chillido que los padres deberán aprender a identificar de acuerdo con su origen: dolor, hambre, sueño, incomodidad, etc.
Cuando los bebés crecen deben aprender a expresar sus necesidades con el lenguaje aprendido, pronunciando palabras al estilo de "leche", "agua", "duele", "duerme", "pica", etc. Más entrados en edad, se esperaría que los niños expresen sus requerimientos de manera educada, al estilo de "¿me das leche, por favor?". Si no lo hacen así, digamos, a los seis años de edad, quizás sea porque son índigos, pero quizás sea porque no se les ha educado bien. Si los padres han acostumbrado al crío a satisfacer sus necesidades sin que éste se los solicite de manera educada, así crecerá, ordenando como un pequeño tirano, para que le den sus satisfactores. Así que esta característica podría ser de índigo o de maleducado.
La segunda: Ellos tienen la sensación de "merecer estar aquí" y se sorprenden cuando otros no comparten esa misma sensación. Esto es demasiado complejo. Es decir, me cuesta trabajo imaginarme a un niño que NO se sienta así. Una vez más, cuando el bebé recién nacido llora, es porque está reafirmando su presencia, su necesidad de atención. Si el bebé sintiera que "no merece" estar aquí, no lloraría, no expresaría nada y simplemente se dejaría morir. Este comportamiento de supervivencia es instintivo, TODOS los seres vivos nos aferramos a la vida de manera natural y con eso afirmamos nuestro deseo y voluntad de "merecer estar aquí". Quizá no decimos explícitamente "merezco estar aquí", pero lo expresamos cuando valoramos nuestra vida por sobre nuestra muerte.
La tercera: La autoestima no es para los Niños Índigo un gran tema de preocupación (ellos con frecuencia les dicen a sus padres "quienes son ellos" - los niños). Y es que otra vez, la autoestima es un concepto bastante complejo que no es motivo de preocupación para un niño recién nacido, ni siquiera cuando crece un poco más. Los mayores solemos preocuparnos por la autoestima de los niños primero que ellos. Un niño que comienza a tener problemas con su autoestima, NO identificará que TIENE problemas de autoestima.
Un niño puede ser bastante competitivo, si ha crecido en un ambiente con hermanos que luchan por obtener los favores y satisfactores de sus padres. Pero también puede volverse retraído si es que con ese comportamiento genera lástima en los mayores, como para que se le atienda por sobre los demás que compiten. Si se trata del primer hijo de un matrimonio quizá no desarrolle este comportamiento competitivo desde pequeño, como consecuencia del trato con sus padres, pero a medida que el ambiente se puebla de otros niños (hermanos, primos, compañeros de juego o de escuela) entonces quizás se manifieste. Así que la autoestima no sería preocupación de ningún niño pequeño pues es un concepto que más bien preocupa a adultos.
La cuarta representa todo un reto: Ellos tienen dificultad en aceptar una autoridad absoluta (autoridad sin ninguna explicación o sin más alternativas). Imaginemos el siguiente escenario: Un niño de unos 6 meses de edad se enferma y es necesario inyectarlo. Por supuesto que protestará y se rebelará a la "autoridad absoluta" que implica tenerlo quieto un momento para que el médico o enfermera le aplique la inyección. Y entonces ¿cómo le explica uno a ese niño que es necesario que le inyecten para que se alivie? Es decir, uno puede hacerlo, pero dudo mucho que el infante siquiera comprenda, a esa edad, el concepto de enfermedad.
Ahora bien ¿cómo enseñarle conceptos a un niño sin hacer uso de la autoridad? Imaginemos que a los dos años de edad se le enseña al niño el concepto de "electricidad". Alguien podría preguntar ¿Por qué enseñarle ese concepto? Simple, porque a esa edad son demasiado curiosos y resulta bastante prudente prevenir que introduzcan objetos metálicos en las tomas de corriente. Así que cuando uno le dice al niño "no metas ese objeto allí porque hay electricidad", uno tiene dos alternativas, o hacer uso del principio de autoridad paterna (o materna) o bien darle una descarga eléctrica para que aprenda el concepto por propia experiencia.
Incluso podemos ir a más profundidad; no hay nada más autoritario y arbitrario que un idioma. Sería imposible enseñar un idioma a cualquier niño si éste cuestionara a cada momento ¿por qué llamarle leche a ese líquido blanco que me han dado desde que nací? Así que es probable que los autores de este libro jamás se preguntaran si es bueno tener una autoridad "absoluta" como padre al enseñar un idioma (el natal) a un niño. O quizás lo sepan pero de manera taimada lo eviten para vender su libro. Incluso en aspectos de alimentación, los padres inician la transición de sólo leche hacia vegetales, carne y harinas sin preguntarle al niño si eso es lo que quiere.
Porque detrás del concepto de autoridad paterna (o materna), está el concepto de responsabilidad. Esta autoridad tiene su fundamento principal en la responsabilidad. Y la responsabilidad de la vida (completa) de los niños recae totalmente en los padres. Cierto, no todos los padres la tomamos como algo tan serio o absorbente, y esa quizá sea una causa de que los niños de ahora cuestionen esa autoridad. Los mismos medios masivos de comunicación fomentan de manera irresponsable el traslado de esa responsabilidad hacia modos menos efectivos (sobre esta muy personal opinión, prometo escribir una entrada en breve). Espero que baste un ejemplo sobre esto de la responsabilidad. Si a un crío de 3 años le permiten que tome la responsabilidad total de su alimentación, lo más probable es que escogería los helados, los dulces, las frituras y otros alimentos repletos de carbohidratos, y los combinaría con agua gaseosa endulzada. Evitaría el pescado y las frutas, y casi ni miraría a las verduras. Si le permiten a un niño de 6 años tomar la responsabilidad de su educación, escogería el CartoonNetwork, el Disney Channel, y otros similares, en lugar de ir a la escuela o leer libros.
Por supuesto, si los padres hemos tomado a la ligera esa responsabilidad, un resultado casi obvio es que los críos cuestionen nuestra autoridad. Y no necesariamente como resultado de su "indiguez".
La quinta: Ellos simplemente no harán ciertas cosas; por ejemplo: esperar en una fila es muy difícil para ellos. ¿Por qué pensar que los niños están limitados como para NO hacer ciertas cosas? Se entiende que la paciencia NO es una característica infantil, y más bien los niños sanos son inquietos y difícilmente estarán tranquilos en una fila. Así que eso no tiene nada que ver con ser índigos, sino más bien con el aprendizaje del dominio de emociones, proceso por el que todos pasamos para llegar a la etapa adulta con madurez. Si un muchacho de 14 años no puede estar en una fila, no pienso que sea por ser índigo, sino por ser inmaduro. Respecto a otras "ciertas cosas" el propio libro aclara que "El aburrimiento puede traer arrogancia en los Índigo, así que no dejen que se aburran". Por lo tanto esas ciertas cosas serían las que, a juicio del niño, son aburridas. Pero seamos sinceros ¿Quien chingaos considera divertido estar formado en una fila?
La sexta: Se frustran con sistemas que son como rituales y que no requieren de pensamientos creativos. Esto le pasa a la mitad de la población, pero el ser creativo no necesariamente hace de un niño especial o espiritualmente evolucionado. Y por otro lado, algunos aspectos de la vida serán una especie de ritual. Y como adultos deberemos seguirlos al pie de la letra. Aprender a seguir instrucciones o apegarse a una serie de pasos o requisitos es síntoma de madurez.
La séptima: Con frecuencia ellos tienen mejores formas de hacer las cosas, tanto en la casa como en la escuela, lo que los hace ser como rebeldes, inconformes con cualquier sistema. La pregunta es ¿con qué tanta frecuencia? He conocido muchos niños que se rebelan sólo como postura, y no como una forma propositiva. Habría que diferenciar si la inconformidad es resultado de una falta de adaptación o porque en realidad hay propuestas novedosas y efectivas. Pero esta característica podría darse en cualquier ser humano y no por eso hacerle índigo.
La octava: Parecen muy antisociales a menos que se encuentren entre niños de su misma clase. Si no hay otros con el mismo nivel de consciencia, a menudo se tornan retraídos, sintiendo que ningún ser humano los entiende. La escuela es para ellos un sitio donde les es muy difícil socializar. Hay también niños antisociales que lo son como resultado de un proceso de tensiones familiares. He sabido de casos de chicos que golpean sin piedad a quienes ellos consideran diferentes. Dudo mucho que esto les convierta en seres espiritualmente evolucionados. Una vez más, al observar el comportamiento antisocial de un chico o chica uno debiera preguntarse si el origen se encuentra en una problemática familiar. Hogares donde la responsabilidad sobre la formación y educación de los hijos es tomada a la ligera, con probabilidades altas darán como resultados chicos y chicas antisociales.
La novena: Ellos no responderán a la disciplina de "culpa" ("espera que tu padre llegue a casa y se entere de lo que has hecho"). Bueno, aquí hay un truco de prestidigitación literaria. El ejemplo utilizado no acude al sentimiento de culpa en el chico o chica. Acude más bien a un control defectuoso de la responsabilidad de la madre del chico o chica (traducción: yo no puedo o no me atrevo a reprenderte por lo que hiciste así que tu padre lo hará y será bastante malo). Ese es un modo de mal educar a los críos, no enfrentando la situación directamente y no utilizando la autoridad que debería tener, debido a su responsabilidad (pero claro si no la tiene o la evade, alguien está haciendo mal su trabajo). Esto no es un síntoma de evolución espiritual, es un defecto en el modo de educar.
La décima: Ellos sienten timidez en expresarle a usted lo que necesitan. Esto contradice la primera, la segunda y la tercera. Si se comportan como de la realeza, si reafirman su merecimiento de "estar aquí" y si le recuerdan a sus padres quienes son ellos ¿cómo es que son tímidos en decir lo que necesitan? Aquí se descubre una trampa típica de los horóscopos: son tan generales y contradictorios que cualquiera se siente aludido cuando lee el que le corresponde (aunque sea el mismo para todos; ver la entrada El mejor horóscopo que me han hecho). Pero vayamos más allá. ¿Cuántas personas, incluso adultas, son capaces de decir exactamente lo que necesitan? ¿Cuántos de nosotros tenemos problemas por identificar la diferencia entre lo que queremos y lo que realmente necesitamos? Así que esta característica no sólo es contradictoria sino tan general que encuadra al 95% de la población. Al menos en determinado momento de su vida.
Las falsas expectativas.
Hasta aquí vamos mal, pero no tan mal. Tenemos a una mujer que dice ver colores en la gente y un par de astrólogos... ejem... digo... sicólogos, haciendo una lista de características que obedecen más a las deficiencias en el modo en el que los padres educan, y tan general que cualquier niño encajaría... y esto es lo más importante: Tan general que cualquier padre desearía comprar su libro. Bueno, no cualquiera, pero sí un número grande (como grande es la cuenta bancaria de ambos, a estas alturas).
Lo más malo es que en su libro incluyen textos de dudosa autoría, como el que se menciona en el capítulo 6, y del cual os brindo dos párrafos (aclarando que es de autor desconocido, ¡vaya manera de eludir la responsabilidad!):
Ha llegado el tiempo del Gran Despertar. Ustedes que han elegido elevar sus ojos de la oscuridad hacia la luz, son bendecidos al presenciar el acontecimiento de un nuevo día en el planeta Tierra. Porque su corazón ha ansiado ver la paz real donde reinaba la guerra, mostrar misericordia donde dominaba la crueldad y conocer el amor en donde el temor congeló los corazones, son privilegiados para su mundo.
Sigan adelante y vivan la vida del alma radiante que son. Glorifiquen al Creador en cada una de sus obras. Ustedes son importantes, son necesarios y son valiosos. No permitan que el oscuro manto del temor esconda la luz de su visión. Ustedes no han nacido para fracasar. Están destinados a tener éxito. La esperanza del mundo ha sido sembrada en su pecho, y tienen asegurado el éxito porque representan al Uno que los Creó.
Aquí es donde se siembran las expectativas sobre la base de creencias religiosas e ideología pletórica de flores y amor al prójimo. No es que esté mal amar o las flores, lo que está mal es pretender que estos niños añiles han recibido del Uno, la tarea de enmendar este mundo, sin hacer nada para lograrlo. Más parece la historia de Harry Potter, el adolescente que de pronto se da cuenta que tiene poderes mágicos, por obra y gracia de la herencia mágica.
En especial, lo que sorprende es que todo nace de la visión de la Sra. Tappe, que puede ser debida a cualquier cosa, pero que con mucha probabilidad provenga de sus deseos, de sus anhelos y de la posibilidad de que a través de la creencia en sus palabras la gente pudiese cambiar, para bien. El problema es querer lograrlo con la mezcla de conceptos espirituales que no siempre son compartidos por todo el mundo. El peligro, en este caso es que puede catalogarse a los niños mediante un sistema basado en la fe y no en características reales.
Las características citadas pueden deberse a un sinnúmero de causas, que no tendrían nada que ver con la idea del poder para cambiar un mundo entero.
Mystery Space Machines
Pensamiento de hoy
Aprender sin pensar es tiempo perdido, pensar sin aprender es peligroso. Confucio, filósofo chino.
"No hay viento favorable para el que no sabe a dónde va" (Séneca)
Camuflaje OVNI
En nuestro mundo, una de las facultades que más nos asombra del mundo animal es la llamada mimetismo. Esta es la capacidad de los organismos vivos para pasar inadvertidos para los depredadores. Las variantes son múltiples, desde cambiar el color del pelaje, confundiéndose con su medio, hasta el de adquirir las formas de su entorno, incluso cuando nosotros mismos observamos el comportamiento de animales de nuestro interés, utilizamos el recurso del camuflaje. En la guerra la invisibilidad es una premisa, es por eso que la nación que logre duplicar el camuflaje OVNI obtendrá todas las ventajas sobre su enemigo. Actualmente existen naves invisibles, por lo menos para el radar, como el llamado Stealth Fighter, que por su diseño y pintura especial pasa inadvertido para los radares.
Einstein, en una de sus teorías afirmaba que mediante procesos magnéticos haciendo vibrar un objeto, esté podría desplazar el espectro electromagnético visible que despiden los objetos haciéndolos completamente indistinguibles para el ojo humano. Teoría que se probaría en el tristemente célebre experimento Filadelfia en 1947, con repercusiones bastante lamentables.
Los rayos infrarrojos y ultravioleta están por encima y por debajo, respectivamente, del espectro visible para el ojo humano. Para que una frecuencia infrarroja pueda ser perceptible son necesarios elementos ópticos y tecnológicos de los que carece el ojo humano, sin embargo, un ejemplo claro para poder realizarlo en nuestro hogar, basta colocar un telemando frente a una cámara de video y observarlo en el monitor de televisión.
Esto explicaría cómo aparece y cómo queda registrado en un video un OVNI, cuando al realizar la grabación éste no se observa y ni siquiera es el centro de atención. No obstante, este fenómeno también se produce en negativos fotográficos aun cuando este proceso (óptico químico) es diferente al video. Dando una idea de que si nuestras percepciones físicas no pueden detectar estos avistamientos, sí se cuenta con elementos para poder observarlos.
Otro tipo de camuflaje OVNI (al menos físico y visible), sería el de adoptar las formas del entorno atmosférico, en este caso nubes. Se han registrado avistamientos donde los observadores de estos fenómenos, ven claramente cómo las nubes tienen movimientos caprichosos en el cielo. Estos movimientos por cierto muy semejantes a los observados a través de la historia, donde incluso algunos casos se observan bajar entidades de las mismas.
Por otra parte, la misma maniobrabilidad de algunos OVNI´s hacen que pasen desapercibidos para algunos instrumentos de detección, esto como es de suponerse, sólo es necesario hallarse fuera del campo que cubre un radar, colocándose por encima o por debajo para pasar inadvertido. En medio de estos parámetros explicativos queda otra interrogativa, ¿se pueden ver o fotografiar entidades que se desarrollan en un plano de tres dimensiones? No, no se puede, ya que no obedecen las leyes físicas y ópticas del mismo comportamiento que conocemos, haciendo imposible dejar constancia en una placa o en un video, al menos con la óptica terrestre tal y como la conocemos.
Como se podrá deducir entonces, el hecho de que observemos OVNI´s en el cielo, sólo puede tratarse de un acto consciente de ser observados y enterarnos que allá arriba está sucediendo algo.
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