
La Luna. (Foto: Carnegie I.)
(NC&T) Los investigadores encontraron que, contrariamente a lo estimado con anterioridad, el agua no se evaporó por completo en los eventos violentos que formaron la Luna. El nuevo estudio sugiere que el agua viene de su interior y que llegó a la superficie a través de las erupciones volcánicas durante tres mil millones de años. El hallazgo cuestiona algunos aspectos críticos de la teoría del "impacto gigante" en la formación de la Luna, y puede tener implicaciones para el origen de los posibles depósitos de agua en los polos lunares.Se cree que la Luna se formó cuando un cuerpo del tamaño de Marte chocó con la Tierra hace unos 4.500 millones de años. Este impacto gigante derritió ambos objetos y situó cascotes fundidos en orbita alrededor de la Tierra, algunos de los cuales se unieron para formar la Luna. En este escenario, el calor del impacto gigante habría vaporizado los elementos ligeros.
Durante los últimos cuarenta años, se han sucedido esfuerzos significativos para determinar el volumen y el origen de los contenidos volátiles en las muestras lunares. Hay evidencias fiables de que el interior de la Luna contiene azufre, cloro, flúor y carbono. Pero la evidencia de agua nativa ha sido difícil de encontrar, lo cual concuerda con la idea generalmente aceptada de que la Luna está seca.
El equipo de investigación, con científicos de la Universidad Brown, el Instituto Carnegie para la Ciencia, y la Universidad Case Western Reserve, aprovechó unos nuevos métodos de análisis de muestras lunares con el objetivo de tratar de detectar cantidades pequeñísimas de agua.Erik Hauri, coautor del estudio, del Departamento de Magnetismo Terrestre del Instituto Carnegie, desarrolló estas nuevas técnicas, que permiten detectar cantidades sumamente pequeñas de agua en vidrios y minerales. Estos avances técnicos fueron hechos en colaboración con ingenieros de la compañía Cameca Instruments, de Francia.
Durante las últimas cuatro décadas, el límite de detección de agua en las muestras lunares era, en el mejor de los casos, de unas 50 partes por millón (ppm). La nueva técnica detecta cantidades tan pequeñas como 5 ppm de agua. Los investigadores realmente se sorprendieron al encontrar mucha más agua en estas diminutas cuentas de vidrio, hasta 46 ppm.
Una cuenta de vidrio sirvió para reconstruir los hechos. Los investigadores encontraron que las sustancias volátiles habían disminuido desde el centro de la diminuta esfera hasta su borde, una diferencia que indica que alrededor del 95 por ciento del agua se había perdido.
Los investigadores calcularon que originalmente había alrededor de 750 ppm de agua en el magma en el momento de la erupción. Dado que se pensaba que la Luna estaba deshidratada por completo, esto es un enorme salto sobre las estimaciones anteriores. Hace pensar en la intrigante posibilidad de que el interior de la Luna hubiera albergado tanta agua como el manto superior de la Tierra.
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