
Un telescopio espacial que lleva funcionando desde hace 15 años "cazó" el pasado 26 de diciembre su cometa número 2.000. Más de la mitad de los cometas conocidos han sido observados con él, a pesar de que su cometido es monitorizar el estado del Sol. El SOHO (Observatorio Solar y Heliosférico), que orbita en torno al Sol en uno de los puntos de equilibrio gravitatorio entre la Tierra y el Sol, a millón y medio de km de nuestro planeta, lo que le permite estar siempre entre los dos astros y tener así una visión aventajada. Fue lanzado el 2 de diciembre de 1995, con el objetivo de conocer mejor la dinámica de la atmósfera solar, obteniendo imágenes detalladas de nuestra estrella, pero también del entorno cercano al Sol, donde nace el viento solar, materia expulsada desde la estrella e impulsada por la actividad en la que el plasma ionizado se acelera por los campos magnéticos cambiantes de la misma.
Se trata de un proyecto de colaboración entre agencias, la estadounidense NASA y la europea ESA, aunque fue construido en Europa y lanzado desde EEUU. Sus imágenes han sido básicas para el mejor conocimiento de la actividad de nuestra estrella, y ha permitido seguir con detalle los ciclos cambiantes de esta actividad, asociados a la interacción entre los campos magnéticos y el flujo de materia caliente desde el interior del Sol, la convección. Las eyecciones de masa desde las zonas activas de la corona solar, la parte más exterior de su atmósfera, constituyen un viento de partículas (electrones y protones principalmente) que barre el Sistema Solar hasta más allá de la órbita de Plutón. A veces son verdaderas tormentas que pueden afectar, cuando alcanzan la Tierra, unos 4 días después de ser expulsadas del Sol, al funcionamiento de los satélites artificiales, producir las auroras polares o, dificultar las transmisiones de radio e, incluso, afectar al funcionamiento de las redes eléctricas de los países de latitudes altas.
Cometas rasantes y cometas que se zambullen

De los 12 instrumentos diferentes con que cuenta SOHO, uno, el LASCO, tiene un campo de observación amplio, con el que se sigue, precisamente la parte más extendida de la corona solar. Es un coronógrafo, de hecho, que cuenta con un sistema mecánico que oculta la intensa luz del disco solar y permite así tener un eclipse artificial que permite observar la mucho más tenue corona, donde el gas está a más de un millón de grados de temperatura, pero que es mucho menos denso que la fotosfera solar, la parte más interior de la atmósfera de nuestra estrella, la que observamos desde aquí y denominamos "disco solar". Esto permite obtener una imagen del halo del Sol y de la región más cercana, 22,4 millones de km alrededor de la misma. Es la región más central del Sistema Solar, donde desde el comienzo de las operaciones de SOHO se comenzaron a descubrir en las imágenes algunos cuerpos que caían hacia el Sol, o que pasaban rasantes cerca de la estrella.
Los cometas, esas bolas de nieve sucias con material del que formó el sistema planetario, son pequeños cuerpos del Sistema Solar que a menudo tienen órbitas muy excéntricas, que les llevan a acercarse mucho al Sol en su perihelio. En algunos casos, esos cometas que caen hacia el Sol atraídos por la gravedad desde las regiones exteriores de la Nube de Oort, acaban chocando, o sumergiéndose en el Sol. Otros se aceleran tras pasar cerca del Sol, como en una onda aceleramos una piedra y son lanzados hacia el exterior para no volver (de hecho, solo una pequeña fracción, menos del 10%, de los cometas que se observan acaban teniendo órbitas periódicas en torno al Sol). En 1890 el astrónomo alemán Heinrich Kreutz analizó algunos cometas que pasaban rasando el Sol, y por eso a menudo esos cuerpos se denominan "cometas de Kreutz".
Las imágenes de LASCO son habitualmente analizadas por los físicos solares para estudiar la dinámica de la corona solar, pero también son estudiadas por un creciente número de aficionados a la astronomía para descubrir esos cometas rasantes. Gracias a ello, los descubrimientos de cometas derivados de las imágenes del SOHO constituyen más de la mitad de los cometas encontrados en la historia de la astronomía. En estos 15 años, SOHO ha captado con su coronógrafo más cometas que todos los que se habían observado antes. En los últimos años, este análisis se puede hacer también con los otros telescopios observadores del Sol, como el STEREO, lanzado por la NASA en 2006.
Uno de estos descubridores de los cometas del SOHO es Michal Kusiak, astrónomo polaco estudiando en la Universidad Jagielloniana (de Galizia) de Cracovia. El 26 de diciembre de 2010 consiguió encontrar los cometas número 1999 y 2000 en las imágenes de este satélite. El anterior hito de 1000 cometas se había conseguido hace 5 años, pero el ritmo aumenta día a día: en el mes de diciembre se han descubierto ya más de 30 cometas. Los aficionados a la astronomía, haciendo uso de las imágenes que a través de la web de SOHO se pueden observar en tiempo real, han encontrado en la búsqueda de cometas una de las aficiones curiosas que, sin embargo, tienen interés científico. Algunos cuentan ya más de cien identificaciones, como el alemán Rainer Kracht o el británico Michael Oates.
Curiosamente, casi todos los cometas que se detectan de esta forma corresponden a órbitas similares a las que comenzó a describir hace siglo y medio Kreutz, fragmentos pequeños de cometas mayores que se disgregaron por efecto de la marea gravitatoria solar. En cierto modo, SOHO ha permitido conocer mejor cómo cerca del Sol suceden más cosas de lo que pensábamos. Aunque, habría que comentar, esto nada tiene que ver con la tontería de los llamados "ovnis de SOHO"...
Los ovnis rasantes de SOHO
En los últimos años, se ha puesto de moda (como tantas otras estupideces) descubrir también ovnis con las imágenes de SOHO. Basta con buscar "SOHO UFOs" para encontrar un amplio surtido de supuestos análisis que, como siempre, acusan a la ciencia oficial y a la NASA en concreto de ocultarnos que naves extraterrestres del tamaño de la Tierra orbitan cerca del Sol quién sabe con qué oscuros fines, ocultándose en la luz de nuestra estrella para que no puedan ser detectados.
Dejando aparte el absurdo que supone viajar por la Galaxia para jugar al escondite detrás del Sol (fallando además miserablemente, porque serían vistos por la SOHO), lo cierto es que lo que estos ufólogos encuentran son simplemente pixels saturados de los detectores del telescopio: a veces son la imagen de un planeta pasando por detrás del Sol, más habitualmente impactos por rayos cósmios, que saturan un pixel y, debido al barrido electrónico de lectura del detector, aparecen con la pinta de un "platillo volante", curiosamente siempre horizontal según la orientación del detector (algo que, salvo que seas un ufólogo, es ya prueba de que el ovni está en el sistema de detección y no en otro sitio). Pero ya saben lo persistente que es la estupidez humana, o las ganas de encontrar alienígenas, y a pesar de que en la misma página de SOHO se explica de dónde salen estas trazas, se sigue acusando a los científicos de ocultar una realidad incómoda.
En definitiva, mejor descubrir cometas rasantes de Kreutz que hacer el tonto con la invasión extraterrestre. Con lo primero, además, ayudas a mejorar el conocimiento científico. Con lo otro, a lo más, te sacan en alguno de esos programas pseudocientíficos. Es decir: como pasar de Redes a Sálvame, pero mirando las imágenes de un telescopio solar.
Por cierto, feliz año, y no dejen de ver el amanecer del 4 de enero de 2011, con eclipse parcial de Sol.