
Un viejo coral Geradia. (Foto: NOAA Hawaiian Undersea Research Lab)
NC&T) Un equipo de investigadores del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, la Universidad de Stanford y la Universidad de California en Santa Cruz, han determinado que dos grupos de corales hawaianos de las profundidades marinas son mucho más viejos de lo que se había estimado antes.
Tom Guilderson y Stewart Fallon, ambos del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, calcularon mediante radiocarbono las edades de especímenes de Geradia, o coral dorado, y las de ejemplares de Leiopathes o coral negro de las profundidades. El mayor tiempo vivido en ambas especies es de 2.740 y 4.270 años respectivamente. Con más de 4.000 años, el coral negro de las profundidades es el más viejo organismo marino viviente conocido, con esqueleto desarrollado por acreción.
"Y hasta donde sabemos, el organismo colonial más viejo que hemos podido encontrar", añade Guilderson. "Basándonos en los datos del carbono-14, los pólipos vivos tienen sólo algunos años, o al menos lo tiene su carbono, pero se han estado reemplazando continuamente durante siglos o milenios, mientras crecía su esqueleto subyacente".
Los estudios mediante radiocarbono realizados anteriormente habían mostrado que las colonias individuales de coral dorado que viven en los océanos Atlántico y Pacífico tienen una vida de entre 1.800 a 2.740 años, pero los resultados son considerados polémicos por algunos biólogos.
En el nuevo estudio, el grupo analizó no sólo los pólipos (los animales vivos que constituyen los corales), sino una rama de un ejemplar.
Los animales vivientes tienen la misma concentración de carbono-14 que la superficie de agua que los cubre. Esto demuestra que el carbono en los pólipos fue foto sintetizado recientemente en la superficie, antes de ser "ingerido" por los pólipos. La concentración de carbono-14 en el esqueleto reprodujo la secuencia de valores registrada en la capa de agua que los cubría, una secuencia derivada de las pruebas nucleares de la Guerra Fría, y que tiene su inicio a finales de la década de 1950, cuando los ensayos nucleares elevaron la abundancia de carbono-14 en la atmósfera.
La velocidad de crecimiento radial durante los últimos 50 años es similar a la velocidad de crecimiento a largo plazo de la ramificación de 300 años. La velocidad de crecimiento radial también concuerda con la obtenida de muestras fósiles más grandes. La velocidad de crecimiento radial es similar dentro de un rango más bien pequeño, de decenas de micrones por año, para todos los especímenes analizados.
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