Uno de los problemas a los que se enfrenta el historiador es el de la objetividad de las fechas. El calendario es fundamental en esto, y este es una convención que se ha cambiado en algunas ocasiones. No todos utilizamos el mismo calendario. Están vigentes los calendarios chinos, musulmanes o hebreos. El calendario juliano, creado en el 43 a.C. por Julio César, estuvo vigente, en algunas partes del mundo, hasta el siglo XX. Aunque es cierto que el calendario más universal, y oficialmente aceptado por todos, es el calendario gregoriano, creado en 1580 por el papa Gregorio XIII, y aceptado desde entonces en toda Europa occidental. Otros intentos de crear calendarios, como el célebre calendario republicano de la Revolución francesa, han fracasado, y es que es muy difícil cambiar la costumbre. Pero todos los calendarios son arbitrarios. El actual toma como año 1 el supuesto año en el que nació Jesucristo. Sin embargo, por muy importante que sea esta fecha para los cristianos no es, objetivamente, una fecha relevante, no deja de ser una convención. Pero la importancia de un calendario unánimemente aceptado es vital para localizar los hechos de la historia en el tiempo, un tiempo reconocido por todos.
Todas las civilizaciones pasan por un período de creación, otro de desarrollo y otro de decadencia.La historia de la humanidad es mucho más antigua y extensa de lo que se conoce actualmente. Mesopotamia y Egipto no fueron las primeras civilizaciones aparecidas en nuestro planeta, existen otras fuentes escritas provenientes de otras civilizaciones ancestrales que se remontan a más de 10 mil años.Las interrogantes de arqueólogos, antropólogos, historiadores y científicos encuentran sus respuestas en esta historia desconocida, que por muchas razones se ha perdido o ha sido destruida, pero que ha salido a la luz gracias a investigadores que dedicaron sus vidas a buscar la verdad sobre nuestro origen.
Uno de esos investigadores fue Robert Charroux, que de su libro "Histoire Inconnue des Hommes Depuis Cent Mille Ans" ** les presento a continuación Los Secretos Destruido y Lo Insólito en la Tierra, para tener una visión general sobre los temas que se tratarán más adelante y desde luego no lo han puesto fácil. Julio César fue responsable del primer incendio de la Biblioteca de Alejandría, en donde el letrado Ptolomeo Sóter había juntado 700 mil volúmenes, que constituían entonces la totalidad de la tradición transmitida y del saber humano. Cuatro siglos después ocurrió el segundo incendio, y quedó definitivamente quemada en el año 641 por orden del califa Omar, un jefe musulmán.
El emperador chino Tsin Che Hoang, en el año 240 A.C. hizo destruir todos los libros con la sabiduría antigua.En el siglo III en Roma, fueron destruidos los libros con formulas para hacer oro. En el Nuevo Testamento (Hechos de los Apóstoles) se cuenta que San Pablo conoció en Éfeso todos los libros que trataban de "cosas serias" y los quemó públicamente.
El escritor Jacques Weiss en su libro "La Synarchie" cuenta que una monjas de Irlanda hicieron quemar 10 mil manuscritos rúnicos en cortezas de abedul, que contenían todas las tradiciones y anales de la raza céltica.Los obispos españoles en el siglo XVI quemaron muchos textos de los pueblos aborígenes, pero gracias a la intervención de un franciscano francés llamado Jacques de Testera se detuvo la destrucción.
El virrey del Perú Francisco de Toledo, en 1566 tomó todos los géneros incas y tablillas pintadas con gran riqueza narrativa: ciencias, profecías, etc., e hizo arrojarlo todo a la hoguera.Buda quiso revelar a todos los misterios sagrados. Los Sacerdotes y Brahmanes se opusieron a esa divulgación, que fue juzgada sacrílega. Los Brahmanes mutilaron voluntariamente sus frases escritas para limitar la extensión de la fechoría, guardando para ellos lo esencial y dejando el esoterismo a los profanos. …………
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