por Greice Raia
Retirado del libro "Grandes Enigmas de la Humanidad" (páginas 215 a 216), Editora Voces
Autor del libro: Luiz C. Lisboa y Roberto P. Andrade
Descripciones de los antiguos venidas del espacio
Las marcas e imágenes grabadas en la piedra, de grande antiguidade, son indicios importantes. Más importante aún es el testimonio de los hombres de un pasado no tan remoto: dibujos y relatos escritos del surgimento de extraños aparatos en el cielo y de los seres que de ellos desembarcaban. Existen miles de referencias así: clipei ardentis (escudos redondos brillantes) eran fenómeno frecuente en los cielos de Roma antigua. Se registra una observación el año 77 de nuestra era, y otra de "un disco acompañado de reflexos de luz", avistado el año 60 a.C.. Plínio, el Viejo, Sêneca y Tito Lívio hablan de ellos, calificándolos como "prodigios del cielo". Muy más antiguas son los pasajes de ciertos libros hindus, como el Ramayana y el Mahabarata. Allí está escrito como los hindúes, hay miles de años, sabían construir máquinas aéreas llamadas vimanas capaces de elevarse "esplendorosamente en el cielo", y como habían aprendido esas cosas "de
los dioses venidos del cielo en vehículos más poderosos".
ES por ejemplo el caso del Samarangana Sutradhara, documento que los antiguos hindúes clasifican como "manusa", o sea, "estrictamente verídico", y que dice textualmente:
"Por medio de esas máquinas los seres humanos pueden viajar al cielo y los seres celestes pueden descender la Tierra".
En otras palabras, los antiguos hindúes estaban acostumbrados a visitantes venidos del espacio, tanto que a eso hacían referencias en sus escritos, no escondiendo que con ellos habían aprendido muchas cosas.
Noutro punto de la misma obra afirma sin la menor hesitação "que algunos vimanas cerrados podían subir a la regiones solares (surymandala) y hasta las regiones estelares (naksatramandala) ", lo que se pressupõe habilidad y medios para vuelos en el espacio, conocimiento naturalmente enseñado por seres acostumbrados a hacerlo.
Las Estancias de Dizan son una vieja compilação de antiqüíssimas leyendas orientas, conservadas por la tradición oral hasta que surgió la escritura. El libro fue escrito hay por lo menos 3000 años atrás, pero algunos estudiosos juzgan que algunos de los hechos en él descritos remontan hace hasta 10.000 años. Sea cómo sea, existe en este libro un pasaje impresionante que relata, con riqueza de detalles, la venida a la Tierra de hombres del espacio:
"… Un grupo de entes celestes vino a la Tierra muchos miles de años atrás en un barco de metal que antes de pousar circuló la Tierra varias veces. Estos seas se establecieron aquí y eran reverenciados por los hombres entre los cuales vivían. Con el tiempo, sin embargo, surgieron rixas entre ellos, y un determinado grupo se separó, yéndose instalar en otra ciudad, llevando consigo sus mujeres y sus hijos.
"La separación no traje la paz y su ira llegó hasta tal punto que un día el gobernante de la ciudad original tomó consigo un grupo de hombres y viajando en un esplendoroso barco aéreo de metal volaron para la ciudad del enemigo. Aún la gran distancia lanzaron contra ella un dardo flamejante que volaba con el rugido de un trueno. Cuando él alcanzó la ciudad enemiga la destruyó en un inmenso balón de fuego, que se elevó al cielo, casi hasta las estrellas. Todos los que estaban en la ciudad perecieron horriblemente quemados. Los que estaban fuera de la ciudad, pero en sus proximidades, murieron también. Los que miraron para el balón de fuego quedaron invidentes para siempre. Aquellos que más tarde entraron a pie en la ciudad adoeceram y murieron. Hasta la poeira que cubría la ciudad quedó envenenada, así como el río que pasaba por ella. Nadie más volvió a aventurarse allá y sus escombros acabaron siendo destruidos por el tiempo y
olvidados por los hombres.
"Viendo lo que había hecho contra su propia gente, el jefe se retiró para su palacio, rechazándose reciba quienquiera que fuera. Días después reunió los hombres que aún le sobraban, sus mujeres e hijos, y embarcaron todos en los navíos aéreos. Uno a uno, se alejaron de la Tierra para no más volver…"
En una simple descripción encontramos referencia a vuelo orbital, descendida de seres del espacio, misiles dirigidos, explosiones nucleares y contaminación radioativa. Nada de nuevo sobre la Tierra…
Aleksadr Kasantsev, científico ruso, escritor y arqueólogo, revela que fueron encontrados en el desierto de Gobi los esqueletos de un bisonte y de un hominídeo tipo Neandertal, próximos uno del otro. Ambos tenían el crânio perfurado por projéteis de alta velocidad, a juzgar por los orifícios perfectos en ellos encontrados. Hay 50 mil años atrás alguien estuvo allí, armado con un tipo avanzado de arma de fuego, y los mató. El examen de los huesos confirma que murieron en la misma época. Y cuando eso se dio, no existía aún la civilización atlante, ni la hindú.

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