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Thursday, August 11, 2011

La Luna llena camuflará a las Perseidas


Una Perseida.| NASA, S. Kohle & B. Koch (Astron. I., U. Bonn)

El astrónomo Rafael Bachiller nos descubre en esta serie los fenómenos más espectaculares del Cosmos. Temas de palpitante investigación, aventuras astronómicas y novedades científicas sobre el Universo analizadas en profundidad.

Este año, la lluvia de las Perseidas tiene lugar durante la fase de luna llena, por lo que el alto brillo de nuestro satélite dificultará la observación de los meteoros. El mejor momento para observar las Perseidas será la madrugada del 13 de agosto, dirigiendo la mirada hacia las zonas más oscuras del cielo, en la dirección opuesta a la posición de la Luna. Un lugar protegido de luz artificial, un cielo despejado de nubes y un poco de paciencia, son los únicos requisitos para realizar la observación.

Un reguero de escombros dejado por un cometa


Los cometas, según describen sus órbitas alrededor del Sol, van arrojando al espacio un reguero de gases, polvo y escombros (materiales rocosos). Este reguero permanece en una órbita muy similar a la del cometa progenitor.

Cada cometa va formando así un anillo en el que se encuentran distribuidos numerosos fragmentos cometarios. Cuando la Tierra, en su movimiento en torno al Sol, encuentra uno de estos anillos, algunos de los fragmentos rocosos son atrapados por su campo gravitatorio y caen a gran velocidad a través la atmósfera formando una lluvia de meteoros. La fricción con los gases atmosféricos calcina y vaporiza los meteoros que aparecen brillantes durante una fracción de segundo formando lo que popularmente denominamos estrellas fugaces.

Los fragmentos cometarios (meteoroides) de masa menor al kilogramo se calcinan completamente en la atmósfera, pero los mayores y más densos (de consistencia rocosa o metálica), forman meteoritos: restos calcinados que caen sobre el suelo.

La altura a la que un meteoro se hace brillante depende de la de la velocidad de penetración en la atmósfera, pero suele estar en torno a los 100 kilómetros. Sin embargo, el alto brillo y la gran velocidad transversal de algunos meteoros ocasionan un efecto espectacular, causando la ilusión en el observador de que están muy próximos.

Lágrimas de San Lorenzo

Como cada año por estas fechas, la Tierra, en su camino de traslación alrededor del Sol, pasa por un lugar poblado por los fragmentos rocosos que arroja el cometa periódico 109P/Swift-Tuttle cuando visita esta zona cada 135 años. La correspondiente lluvia de meteoros parece tener un único centro de origen, un punto del que parecen surgir todas las estrellas fugaces. Ese punto se denomina radiante y su localización se utiliza para nombrar a la lluvia de estrellas. Así pues, las Perseidas tienen su radiante en la constelación de Perseo.

Las Perseidas son visibles desde todo el Hemisferio Norte en pleno verano. Las velocidades de estos meteoros pueden superar los 50 km/h. Aunque su momento de máxima actividad tiene lugar hacia el 12 o el 13 de agosto, las Perseidas comienzan habitualmente a verse hacia el 23 de Julio y terminan hacia el 22 de agosto. En estas fechas el cielo suele estar despejado en muchos lugares de Europa, Asia y Norteamérica. Su alta actividad, junto con las condiciones favorables para la observación, hace de las Perseidas la lluvia de meteoros más popular, y la más fácilmente observable, de las que tienen lugar a lo largo del año.

Las Perseidas también reciben el nombre de 'Lágrimas de San Lorenzo' por la proximidad del máximo de la lluvia de meteoros al 10 de agosto, día de la festividad del mártir español que, en el año 258, fue quemado en una parrilla en Roma.
La Luna llena y las Perseidas

Este año no es muy favorable para la observación de las Perseidas por coincidir con la fase de luna llena. Tanto el máximo número de meteoros como la fase de luna de llena tienen lugar en la misma madrugada del 13 de Agosto.

Pero ello no significa, que la observación de los meteoros vaya a ser completamente infructuosa. Como muestra la fotografía adjunta, es posible observar perseidas con un cielo brillante, en este caso por la combinación de la luz de la Luna y una aurora.

Lo más conveniente será observar entre las 2 de la madrugada y el amanecer, cuando la Luna vaya perdiendo elevación. En términos generales, cuando se aproxima el amanecer se suelen observar más meteoros pues, en ese momento, nos encontramos sobre el lado de la Tierra que se mueve en la dirección de la estela de fragmentos dejados por el cometa.

Las condiciones locales de observación son determinantes y siempre es preferible vigilar la zona más despejada de nubes y la más libre de polución lumínica. Un lugar en el que haya montañas hacia el suroeste (que puedan esconder la Luna o parte de su brillo) será particularmente bien adecuado.

Aunque su radiante se encuentre en la constelación de Perseo, no se necesita conocer las constelaciones, ni es imprescindible mirar hacia Perseo, para ver las Perseidas. Las estrellas fugaces pueden aparecen por cualquier lugar de la bóveda celeste. El número de Perseidas observables por hora es muy variable. En un sitio bien oscuro y con el radiante alto sobre el horizonte puede alcanzar el centenar.

Sin embargo, el número de meteoros observados por hora puede variar muy rápidamente según varía la densidad de fragmentos en la estela del cometa, por ello es siempre conveniente extender la observación un día antes y otro después del máximo nominal.
También interesante

En la mitología griega, la lluvia de Perseidas se relaciona con la visita de Zeus a la mortal Dánae. Un oráculo había advertido a Acrisio, rey de Argos, que sería asesinado por el hijo de su hija Dánae. Para no tener nietos, Acrisio encerró a Dánae en una torre de bronce. Pero Zeus adoptó la forma de una lluvia de oro (Perseidas) para visitar a la doncella y dejarla embarazada. De esta peculiar unión nació Perseo, quien tras acabar con la Medusa y rescatar a Andrómeda, acabaría cumpliendo la profecía del oráculo.
Las Perseidas fueron particularmente activas en 1992, año en que pasó cerca del Sol el cometa Swift-Tuttle. La próxima aproximación del cometa al Sol (perihelio) será en el año 2126.
Las Perseidas constituyen la tercera lluvia de meteoros por orden de actividad. Tanto las Cuadrántidas (visibles en enero) como las Gemínidas (en diciembre) generan más meteoros por hora. Aunque muestran un comportamiento más irregular, las Leónidas (a mediados de noviembre) suelen resultar tan espectaculares como las Perseidas.

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Pensamiento de hoy

febrero, 2008
Aprender sin pensar es tiempo perdido, pensar sin aprender es peligroso.
Confucio, filósofo chino.


"No hay viento favorable para el que no sabe a dónde va" (Séneca)

Camuflaje OVNI

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En nuestro mundo, una de las facultades que más nos asombra del mundo animal es la llamada mimetismo. Esta es la capacidad de los organismos vivos para pasar inadvertidos para los depredadores. Las variantes son múltiples, desde cambiar el color del pelaje, confundiéndose con su medio, hasta el de adquirir las formas de su entorno, incluso cuando nosotros mismos observamos el comportamiento de animales de nuestro interés, utilizamos el recurso del camuflaje. En la guerra la invisibilidad es una premisa, es por eso que la nación que logre duplicar el camuflaje OVNI obtendrá todas las ventajas sobre su enemigo. Actualmente existen naves invisibles, por lo menos para el radar, como el llamado Stealth Fighter, que por su diseño y pintura especial pasa inadvertido para los radares.

Einstein, en una de sus teorías afirmaba que mediante procesos magnéticos haciendo vibrar un objeto, esté podría desplazar el espectro electromagnético visible que despiden los objetos haciéndolos completamente indistinguibles para el ojo humano. Teoría que se probaría en el tristemente célebre experimento Filadelfia en 1947, con repercusiones bastante lamentables.

Los rayos infrarrojos y ultravioleta están por encima y por debajo, respectivamente, del espectro visible para el ojo humano. Para que una frecuencia infrarroja pueda ser perceptible son necesarios elementos ópticos y tecnológicos de los que carece el ojo humano, sin embargo, un ejemplo claro para poder realizarlo en nuestro hogar, basta colocar un telemando frente a una cámara de video y observarlo en el monitor de televisión.

Esto explicaría cómo aparece y cómo queda registrado en un video un OVNI, cuando al realizar la grabación éste no se observa y ni siquiera es el centro de atención. No obstante, este fenómeno también se produce en negativos fotográficos aun cuando este proceso (óptico químico) es diferente al video. Dando una idea de que si nuestras percepciones físicas no pueden detectar estos avistamientos, sí se cuenta con elementos para poder observarlos.

Otro tipo de camuflaje OVNI (al menos físico y visible), sería el de adoptar las formas del entorno atmosférico, en este caso nubes. Se han registrado avistamientos donde los observadores de estos fenómenos, ven claramente cómo las nubes tienen movimientos caprichosos en el cielo. Estos movimientos por cierto muy semejantes a los observados a través de la historia, donde incluso algunos casos se observan bajar entidades de las mismas.

Por otra parte, la misma maniobrabilidad de algunos OVNI´s hacen que pasen desapercibidos para algunos instrumentos de detección, esto como es de suponerse, sólo es necesario hallarse fuera del campo que cubre un radar, colocándose por encima o por debajo para pasar inadvertido. En medio de estos parámetros explicativos queda otra interrogativa, ¿se pueden ver o fotografiar entidades que se desarrollan en un plano de tres dimensiones? No, no se puede, ya que no obedecen las leyes físicas y ópticas del mismo comportamiento que conocemos, haciendo imposible dejar constancia en una placa o en un video, al menos con la óptica terrestre tal y como la conocemos.

Como se podrá deducir entonces, el hecho de que observemos OVNI´s en el cielo, sólo puede tratarse de un acto consciente de ser observados y enterarnos que allá arriba está sucediendo algo.