En medio del Océano Pacífico, a mil kilómetros de las costas de Ecuador y fruto de una violenta acción volcánica submarina hace seis millones de años, emergen las maravillosas y misteriosas islas encantadas, otrora refugio de filibusteros y hoy paraíso natural de turistas y científicos.
AGENCIA XINHUA
Se trata de las Islas ecuatorianas Galápagos, cuyo nombre deriva de las especies que habitan el lugar: las gigantescas tortugas galápagos.
Recién la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) retiró a las 61 islas del archipiélago de Galápagos de la lista de "patrimonios en peligro" a la que ingresó en 2007 por los efectos perniciosos del creciente turismo, la inmigración y la introducción de especies no autóctonas.
El 97 por ciento del archipiélago, conformado por 13 islas mayores, seis menores y 42 islotes y el primer lugar del planeta inscrito en las lista de Patrimonio Mundial en 1978, está hoy día totalmente protegido.
El interés por la biodiversidad de este lugar se incrementó desde las visitas en el siglo XIX que realizó el científico británico Charles Darwin.
Los estudios de las especies que existían en las islas lo motivaron a elaborar en 1835 la tesis del aislacionismo, fundamental para la teoría de la evolución de las especies.
"Tanto en el tiempo como en el espacio nos encontramos frente al gran fenómeno, frente al misterio de los misterios: la primera aparición de nuevos seres sobre la tierra", comentó entonces el científico británico.
Darwin descubrió que las islas Galápagos se formaron después de una erupción volcánica y que como consecuencia de esto, los animales que habitaron las islas se desarrollaron con características muy diferentes a las de sus parientes continentales.
El ministro de Turismo, Freddy Ehlers, consideró como un nuevo hito el esfuerzo que ha emprendido el gobierno para que las islas Galápagos recobren las condiciones que las distinguió en 1978, como el primer lugar del planeta en ser declarado Patrimonio Natural de la Humanidad.
En entrevista con Xinhua, Ehlers dijo que las Islas Galápagos son "un laboratorio viviente" de especies de animales que no existen en otro lugar del planeta y que viven en condiciones relativamente originales.
La flora y fauna de las islas son de un alto endemismo, pues se ha tenido especial cuidado en evitar la injerencia de especies extrañas. Ehlers afirmó que dada la gran popularidad, el archipiélago constituye uno de los parques nacionales más importantes de la tierra, sin contar que se encuentran entre los sitios más exóticos y famosos del mundo.
El funcionario destacó los avances en cuanto al control migratorio, el uso de la tarjeta de residencia, el control del ingreso de especies exógenas, el manejo de la actividad turística que se ha reducido en un siete por ciento y la ejecución de una nueva etapa en la gobernabilidad de Galápagos.
Todo esto en conjunto, han sido parte de las medidas que el Gobierno tomó para sacar a las islas de la lista de patrimonio natural en peligro, apuntó Ehlers.
Las islas se extienden en 693.700 hectáreas, y son hoy día consideradas como un tesoro natural. Ocupan el segundo lugar en las votaciones de los sitios turísticos nominados para la elección de las nuevas Siete Maravillas del Mundo, concurso que organiza la New7Wonders Foundation.
Cuando cualquier visitante llega a este paraíso único del planeta tendrá el privilegio de observar fauna y flora únicas, playas de arena blanca o marfil, túneles de lava, áreas para buceo, reservas marinas, animales prehistóricos y aves paradisíacas.
Por tratarse de una zona de gran importancia para la humanidad, las visitas están reguladas por el Estado y sólo pueden realizarse a través de operadores turísticos autorizados.
Según Ehlers, la resolución de la Unesco es un espaldarazo al gobierno que seguirá haciendo los mejores esfuerzos de preservación de este patrimonio, considerado un "laboratorio natural". El conjunto de islas, uno de los parques nacionales más visitados de América Latina, fue declarado Patrimonio Mundial en 1978 como un reconocimiento a su excepcional riqueza biológica.
Un estricto control de migración humana al archipiélago, así como del ingreso de especies exógenas y una reducción de la actividad turística han sido parte de las medidas que el gobierno de Ecuador ha puesto en marcha los últimos tres años para preservar a las Galápagos como parte del Patrimonio Natural de la Humanidad.
Ehlers recordó que en 1835, Darwin, tras una expedición científica a las islas, planteó una teoría revolucionaria que removió los cimientos de la comunidad científica internacional.
Aducía Darwin que las actuales especies de animales eran el resultado de la suma de herencias genéticas de los individuos vencedores en la lucha por la supervivencia. Fue el primero en comprobar una teoría de estas características empíricamente
Según la teoría, a causa del problema de la disponibilidad de alimentos, los jóvenes miembros de las distintas especies compiten intensamente por su supervivencia.
Los que sobreviven, que darán lugar a la siguiente generación, tienden a incorporar variaciones naturales favorables (por leve que pueda ser la ventaja que éstas otorguen), al proceso de selección natural, y estas variaciones se transmitirán a través de la herencia.
En consecuencia, cada generación mejorará en términos de adaptación con respecto a las anteriores, y este proceso gradual y continuo es la causa de la evolución de las especies.
Para Ehlers, la teoría revolucionaria de Darwin está vinculada con toda la ciencia moderna y "por eso es que miles de personas van a Galápagos a observar lo que Darwin vio hace 200 años".
Ehlers afirmó que el reconocimiento de la Unesco "es un paso muy importante" pero el Ecuador lo toma como un aval a lo realizado y a todas las acciones aún en marcha que el gobierno decidió encarar desde 2007.
"El gobierno ecuatoriano tiene trazado un plan hasta el 2012 para desarrollar una actividad turística sustentable, no depredadora del medio ambiente", apostilló el ministro.
"En Galápagos nos vemos como en un espejo, porque ir a Galápagos es ingresar en lo más profundo de nuestro ser", comentó Ehlers al señalar que "estamos ampliando la capacidad pero con enorme cuidado de que la presencia turística no afecte la vida de la islas".
Ecuador trabaja seriamente para que las Galápagos sigan siendo un ejemplo para toda la humanidad, sostuvo.
A su vez, la ministra coordinadora de Patrimonio Natural y Cultural, María Fernanda Espinosa, consideró "una buena noticia" para el Ecuador que la Unesco haya excluido al archipiélago de Galápagos de la lista de patrimonios naturales en peligro, porque se reconocen todos los esfuerzos que ha hecho el Gobierno desde 2007 para superar los problemas. Mencionó los planes para controlar el turismo y el proceso para cambiar la matriz energética en esa zona insular, con la incorporación de energías limpias (solares y eólicas), para minimizar el uso de combustibles contaminantes.
"El gobierno de Ecuador mantendrá su compromiso con Galápagos, con el país y con el planeta", dijo Espinosa.
Recordó que se elaboró una hoja de ruta hasta el 2012, que busca optimizar un modelo de turismo sustentable en las islas y duplicar esfuerzos para prevenir la contaminación genética, o introducción de especies animales y vegetales.
La estrategia supone igualmente una mejoría en la gestión institucional de los tres municipios: Puerto Baquerizo, Puerto Ayora y Puerto Villamil, que existen en las islas San Cristóbal, Santa Cruz e Isabela, respectivamente.
La capital de las Islas Galápagos es Puerto Baquerizo Moreno y se encuentra en la isla San Cristóbal, que es la más cercana al territorio continental y primera en ser habitada
Asimismo, puso de relieve el objetivo de lograr la meta de cero combustibles fósiles en Galápagos para 2012.
"Hay mucho por hacer, esto es un reto desplegado en los últimos tres años para mejorar la protección ambiental en las también llamadas Islas Encantadas", subrayó Espinosa.
El pasado 16 de junio, la revista estadunidense Travel/Leisure distinguió nuevamente a las Islas Galápagos, como la "Mejor Isla" a nivel mundial.
Historia de las Galápagos
Las Islas Galápagos emergieron del fondo del océano hace seis millones de años, como resultado de una violenta acción volcánica submarina. En términos geológicos, las islas son muy jóvenes.
Dos millones de años más tarde, mientras se enfriaban estas nuevas islas, ciertas especies llegaron gradualmente y se fueron asentando. Eran organismos vivos a bordo de "balsas de vegetación2 que viajaron y llegaron desde las costas de Centro y Sudamérica. Estos primeros inmigrantes tuvieron que adaptarse rápidamente a un nuevo y peculiar ambiente que lentamente hizo que evolucionaran en especies diferentes a las de sus antepasados continentales. Se convirtieron en especies únicas con características diferentes a las especies originarias.
De hecho, cuando Darwin publicó su libro "Sobre el Origen de las Especies", los pensadores del Siglo XIX confirmaron sus sospechas de que las especies no eran inmutables y reconocieron al archipiélago como un laboratorio viviente de la naturaleza.
La primera persona que llegó a Galápagos fue el Obispo Tomás de Berlanga, quien navegaba cerca a la costa de Centro América en una misión apostólica en febrero de 1535.
Su embarcación había estado estática debido a la falta de vientos, y la corriente de Panamá la empujó hacia estas islas misteriosas que aparentemente no ofrecían ningún encanto. Las islas habían sido descubiertas oficialmente en marzo de 1535.
Eventualmente, la embarcación en la que iba el Obispo zarpó de vuelta hacia el continente con las primeras brisas.
El descubrimiento de las Islas fue reportado a España, pero no se hizo ningún esfuerzo por colonizarlas debido a la descripción no favorable que Berlanga hizo de ellas. "Las aves son tan bobas que no saben volar", escribió al Emperador Carlos V.
Tiempo después, el gran navegante, Cristobal Colón y su colega portugues Fernando Magallanes sintieron curiosidad. Los nautas dudaban de la existencia de cierto grupo de islas localizadas entre América y Oceanía por lo que se referían a ellas como "Las Encantadas", sugiriendo que eran un espejismo.
En realidad muchas veces las Galápagos se tornan invisibles, particularmente bajo el velo de niebla de la mañana.
Las aguas que circundan a las islas son bastante frías para encontrarse en el trópico. Esto genera una garúa fina al mezclarse el aire frío con el caliente. De esta manera, una niebla temprana puede engañar y ocultarlas totalmente.
Tiempo más tarde en 1570, circuló un mapa del Nuevo Mundo Español trazado por un cartógrafo flamenco.
Se difundió en el Caribe, y mostraba al Archipiélago, por primera vez, con el nombre nada poético de Las Galápagos (Islas de Tortugas Gigantes). Este mapa, en manos de los bucaneros, fue usado en sus incursiones por la costa del Pacífico en el siglo XV.
Durante el siglo XVII y buena parte del XVIII, los astutos piratas encontraron en las Islas Galápagos un lugar seguro para ocultarse, reparar sus barcos, preparar mapas para incursiones futuras y abastecerse de carne fresca.
Se llevaron a miles de tortugas. Aparentemente, no dejaron ningún tesoro enterrado y finalmente decidieron que irrumpir en el Caribe era más rentable.
A finales del siglo XVIII llegaron las flotas balleneras, que hicieron del archipiélago su centro de operaciones, pero luego de algunos años los balleneros también decidieron que las ganancias no justificaban esas rutas tan largas.
Los balleneros fueron el primer grupo humano que causó un efecto devastador en las islas pues mataron las especies nativas e introdujeron animales domésticos.
Sin embargo, nadie realmente quería a las Galápagos, sino hasta febrero de 1832 cuando el ecuatoriano Ignacio Hernández, por instrucciones del General José de Villamil, plantó la bandera ecuatoriana en la Isla Floreana y tomó posesión del archipiélago al que llamó Archipiélago de Colón.
Sesenta años más tarde, en 1892, la mayoría de las islas recibieron nombre en español, todos relacionados con el descubrimiento de América.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Ecuador autorizó a Estados Unidos el establecimiento de una base naval en la isla Baltra y estaciones de radar en otras ubicaciones estratégicas con el fin de monitorear el Canal de Panamá.
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