
Arqueólogos mexicanos creen haber descubierto en el estado de Yucatán
(sureste) la red subterránea de cuevas que los antiguos mayas creían daba a
Xibalbá, el inframundo, según información del Instituto Nacional de
Antropología e Historia (INAH).
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ha informado que un
equipo de especialistas ha dado con varios templos que comprondrían la red
subterránea de cuevas y cenores (ríos sagrados)que los antiguos mayas creían
daba a Xibalbá, el inframundo o el mundo de los muertos.
Los arqueólogos creen que los espacios de culto hallados, construcciones muy
elaboradas ubicadas en algunos casos en espacios de muy difícil acceso, como
hoyos de hasta 40 metros, tenían como objeto reverenciar a Xibalbá.
Dentro de una de las cuevas se localizó una calzada de casi cien metros de
largo, bien cimentada, similar a las del enclave maya de Chichén Itzá,
considerado uno de los centros de esta cultura en la antigüedad. La calzada
gira intencionadamente hacia donde se halla un cuerpo de agua, donde se
encuentra una columna de estalactitas y estalagmitas que se asemeja a una
ceiba, el árbol de la vida para los mayas. El camino termina en tres
plataformas que llegan al agua.
Varias de las cuevas presentan una especie de portal natural tapiado con
piedras labradas, con un pequeño acceso que no llega al metro de altura. En
estos espacios se hallaron restos óseos humanos y ofrendas funerarias, entre
ellos una vasija de hace 1.900 años. Hasta el momento, se han encontrado
catorce de estos sitios con elementos rituales.
El hallazgo, ubicado dentro del proyecto "El culto al cenote en el centro de
Yucatán", parece reproducir lo asentado sobre las creencias mayas en fuentes
históricas como el Popol Vuh, de acuerdo al INAH.
Yucatán alberga muchos vestigios de los mayas, como las ciudades de Uxmal y
Chichén Itzá. Los arqueólogos creen que la tupida selva que cubre el Estado
oculta muchos más restos de esta cultura prehisánica.
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