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Wednesday, February 25, 2009

Los peces primitivos ya inseminaban directamente a sus hembras



Hay una vieja broma que circula entre los paleontólogos, y es que la mayoría de los descubrimientos tienen lugar en los cajones de los museos y no en los propios yacimientos, pues a menudo son personas distintas quienes los descubren y quienes, más tarde, los desempolvan y los estudian.

Un fósil que preserve las partes blandas de un organismo es un verdadero regalo de la naturaleza. Es extraordinariamente raro que ocurra, y lo normal es que el tiempo borre toda huella de vida menos las partes mineralizadas: conchas, huesos o dientes de animales. Pero demos a la vida 3.000 millones de años -600 millones de años, en el caso de la vida animal- y es probable que alguna que otra vez determinados organismos se vean, por ejemplo, abruptamente sepultados por barro o lava, queden por lo tanto atrapados en entornos sin oxígeno y permanezcan allí "momificados", a la espera de ser descubiertos por una especie que llegará cientos de millones de años después, el Homo sapiens, ansiosa por escuchar su historia.

Ha habido escasos pero valiosos ejemplos de estos afortunados encuentros -el más famoso, el de Burgess Shale, conserva fósiles de cuerpo blando en el que se aprecian hasta los vasos sanguíneos, con una calidad y una diversidad genética sin precedentes-. Uno de ellos lo protagonizó hace unos meses John A. Long, del Museo Victoria de Melbourne (Australia), al descubrir un embrión con cordón umbilical en el interior de un placodermo ptictodóntido (un pez primitivo de hace unos 380 millones de años) y adelantar así en el tiempo los orígenes del viviparismo. Los animales vivíparos son aquellos cuyas hembras paren crías completamente formadas que se han gestado y alimentado en el interior de la madre.

Esta vez, un nuevo descubrimiento publicado en Nature ha profundizado aún más en los primeros vivíparos. El mismo paleontólogo, John A. Long, y otros dos colegas australianos decidieron reexaminar a dos ejemplares adultos de Incisoscutum ritchiei, del orden de los artrodiros (placodermos) que habían sido previamente estudiados y que habían destacado por una peculiaridad: cada uno de ellos contenía en su interior a otro animal de menor tamaño, aparentemente también placodermo, que supuestamente acababa de ser ingerido en el momento de la catástrofe que inmortalizó sus restos.

Pero un estudio minucioso de aquellos dos peces acorazados y mandibulados, del Devónico superior (hace 380 millones de años), reveló que los pequeños artrodiros en el interior de sus cuerpos no representaban un copioso festín, sino embriones gestándose en el cuerpo de su madre, como había ocurrido con los ptictodóntidos. ¡Los artrodiros también eran vivíparos!

En efecto, el hallazgo de los dos embriones y la excelente preservación de los fósiles han permitido obtener, por primera vez según los autores del estudio, las primeras evidencias de que aquellos animales estaban anatómicamente preparados para la fertilización interna y la gestación de crías.

John A. Long y colegas se fijaron en los rasgos de la pelvis y la apertura de la cavidad abdominal, así como en la posición del embrión, cabeza abajo, para llegar a sus conclusiones. De hecho, el grado de detalle que muestran los fósiles es tal que revela que los embriones estaban iniciando sus primeras fases de osificación. Las características anatómicas de la cintura pélvica eran similares a las de los condrictios (peces cartilaginosos, como tiburones, rayas y quimeras), con un basipterigio largo (hueso o cartílago de la aleta pélvica) que posiblemente tuvo una función en la cópula.
Estructuras para anclarse a la hembra

"El viviparismo se creía casi exclusivo de los mamíferos, pero recientemente se ha visto que también está presente en algunos tiburones", explica a elmundo.es Héctor Botella, del departemento de Geología de la Universidad de Valencia. "Algunos placodermos tenían 'claspers' (pterigopodios), como los tiburones actuales, que son unos falsos penes junto a las aletas pélvicas que les sirven para anclarse a la vagina de la hembra y liberar el esperma", añade.

El análisis de las estructuras pélvicas de los artrodiros sugieren que también éstos estaban ya adaptados para sostener apéndices similares a los 'claspers'. Probablemente, el largo basipterigio estaba articulado con "otros elementos cartilaginosos".

En estos rasgos anatómicos se basan los autores para concluir que ya en el Devónico los machos artrodiros fertilizaban a las hembras manipulando su aleta pélvica para hacer llegar su esperma. Un hallazgo que tienta a los paleontólogos a generalizar la inseminación interna entre todos los placodermos, situando así el origen -conocido- de la cópula eréctil en hace casi 400 millones de años.

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Pensamiento de hoy

febrero, 2008
Aprender sin pensar es tiempo perdido, pensar sin aprender es peligroso.
Confucio, filósofo chino.


"No hay viento favorable para el que no sabe a dónde va" (Séneca)

Camuflaje OVNI

Copyright

En nuestro mundo, una de las facultades que más nos asombra del mundo animal es la llamada mimetismo. Esta es la capacidad de los organismos vivos para pasar inadvertidos para los depredadores. Las variantes son múltiples, desde cambiar el color del pelaje, confundiéndose con su medio, hasta el de adquirir las formas de su entorno, incluso cuando nosotros mismos observamos el comportamiento de animales de nuestro interés, utilizamos el recurso del camuflaje. En la guerra la invisibilidad es una premisa, es por eso que la nación que logre duplicar el camuflaje OVNI obtendrá todas las ventajas sobre su enemigo. Actualmente existen naves invisibles, por lo menos para el radar, como el llamado Stealth Fighter, que por su diseño y pintura especial pasa inadvertido para los radares.

Einstein, en una de sus teorías afirmaba que mediante procesos magnéticos haciendo vibrar un objeto, esté podría desplazar el espectro electromagnético visible que despiden los objetos haciéndolos completamente indistinguibles para el ojo humano. Teoría que se probaría en el tristemente célebre experimento Filadelfia en 1947, con repercusiones bastante lamentables.

Los rayos infrarrojos y ultravioleta están por encima y por debajo, respectivamente, del espectro visible para el ojo humano. Para que una frecuencia infrarroja pueda ser perceptible son necesarios elementos ópticos y tecnológicos de los que carece el ojo humano, sin embargo, un ejemplo claro para poder realizarlo en nuestro hogar, basta colocar un telemando frente a una cámara de video y observarlo en el monitor de televisión.

Esto explicaría cómo aparece y cómo queda registrado en un video un OVNI, cuando al realizar la grabación éste no se observa y ni siquiera es el centro de atención. No obstante, este fenómeno también se produce en negativos fotográficos aun cuando este proceso (óptico químico) es diferente al video. Dando una idea de que si nuestras percepciones físicas no pueden detectar estos avistamientos, sí se cuenta con elementos para poder observarlos.

Otro tipo de camuflaje OVNI (al menos físico y visible), sería el de adoptar las formas del entorno atmosférico, en este caso nubes. Se han registrado avistamientos donde los observadores de estos fenómenos, ven claramente cómo las nubes tienen movimientos caprichosos en el cielo. Estos movimientos por cierto muy semejantes a los observados a través de la historia, donde incluso algunos casos se observan bajar entidades de las mismas.

Por otra parte, la misma maniobrabilidad de algunos OVNI´s hacen que pasen desapercibidos para algunos instrumentos de detección, esto como es de suponerse, sólo es necesario hallarse fuera del campo que cubre un radar, colocándose por encima o por debajo para pasar inadvertido. En medio de estos parámetros explicativos queda otra interrogativa, ¿se pueden ver o fotografiar entidades que se desarrollan en un plano de tres dimensiones? No, no se puede, ya que no obedecen las leyes físicas y ópticas del mismo comportamiento que conocemos, haciendo imposible dejar constancia en una placa o en un video, al menos con la óptica terrestre tal y como la conocemos.

Como se podrá deducir entonces, el hecho de que observemos OVNI´s en el cielo, sólo puede tratarse de un acto consciente de ser observados y enterarnos que allá arriba está sucediendo algo.