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Thursday, June 4, 2009

1709: El año en que se congeló Europa


Gente de toda Europa se despertó el 6 de enero de 1709 encontrándose que la temperatura se había desplomado. Una congelación de tres semanas fue seguida por una breve fusión – y entonces el mercurio bajó de nuevo para mantenerse ahí. Desde Escandinavia en el norte a Italia en el sur, y desde Rusia en el este a la costa oeste de Francia, todo se convirtió en hielo. El mar de congeló. Lagos y ríos se helaron, y el suelo se congeló hasta una profundidad de un metro o más. El ganado murió de frío en sus establos, las crestas de los gallos se congelaron y cayeron, los árboles estallaron y los viajeros se helaban hasta la muerte en los caminos. Fue el invierno más frío en 500 años.

En Inglaterra se conoce al invierno de 1709 como la Gran Helada. En Francia entró en la leyenda como Le Grand Hiver, tres meses de frío letal que llevó a un año de hambruna y disturbios por la comida. En Escandinavia se congeló el Mar Báltico de tal forma que la gente podía andar sobre el hielo incluso en el mes de abril. En Suiza los lobosos hambrientos entraron en los pueblos. Los venecianos se deslizaron sobre el lago helado, mientras que fuera de la costa oeste de Italia marineros a bordo de barcos de guerra ingleses morían por el frío. “Creo que la Helada fue mayor (si no también más universal) que ninguna otra en la Memoria del Hombre”, escribió William Derham, uno de los observadores meteorológicos más meticulosos de Inglaterra. Estaba en lo cierto. Trescientos años más tarde sigue ostentando el récord del invierno más frío de Europa durante el último medio milenio.

Derham era el Rector de Upminster, a poco camino al noreste de Londres. Había estado comprobando su termómetro y barómetro tres veces al día desde 1697. De forma similar, cuidadosos observadores de dispersos por toda Europa hicieron lo mismo y sus registros coinciden notablemente. En la noche del 5 de enero, la temperatura bajó drásticamente y se mantuvo en caída. El 10 de enero, Derham registró -12 °C, la temperatura más baja jamás medida. En Francia, la temperatura bajó aún más. En París llegó a -15 °C el 14 de enero y se mantuvo así durante 11 días. Tras una breve recuperación a finales de mes el frío retornó con furia y se mantuvo hasta mediados de marzo.

Más tarde durante ese año, Derham escribió un detallada crónica de la congelación y destrucción causada para las Transacciones de la Sociedad Real. Los peces se congelaron en los ríos, las piezas de caza cayeron en los campos y murieron, y los pequeños pájaros perecieron por millones. La pérdida de hierbas tiernas y árboles frutales exóticos no fue una sorpresa, pero incluso los duros robles y frenos nativos sucumbieron. La pérdida del cereal de trigo fue una “calamidad general”. Los problemas de Inglaterra fueron nimios, no obstante, en comparación con los que se sufría al otro lado del Canal de la Mancha.

En Francia, la helada se extendió por todo el país hasta el Mediterráneo. Incluso el rey y su corte en el suntuoso Palacio de Versalles sufrieron para mantenerse calientes. El Duque de Orleans escribió a su tía en Alemania: “Estoy sentado con un rugiente fuego, tengo una pantalla por delante de la puerta, la cual está cerrada, de forma que pueda sentarme aquí con una piel de marta alrededor de mi cuello y mis pies en una bolsa de piel de oso, y aún así estoy tan aterido de frío que apenas puedo sostener el lápiz. Nunca en mi vida había visto un invierno como este”.

En los hogares más humildes, la gente se iba a la cama y despertaba para encontrar sus gorros de dormir congelados en el cabecero de la cama. El pan se helada de tan forma que se necesitaba un hacha para cortarlo. De acuerdo con un canon de Beaune en Borgoña, “los viajeros murieron en el campo, el ganado en los establos, los animales salvajes en los bosques; casi todos los pájaros murieron, el vino se congeló en los barriles y se encendían fogatas públicas para calentar a los pobres”. De todo el país llegaban informes de gente que se congelaba hasta morir. Y con los caminos y ríos bloqueados por la nieve y el hielo, era imposible transportar comida a las ciudades. París esperó tres meses hasta que recibió suministros frescos.

Lo peor estaba por llegar. En todos sitios, los árboles frutales, castaños y olivos murieron. El cultivo de trigo del invierno fue destruido. Cuando por fin llegó la primavera, el frío fue reemplazado por la aún peor escasez de alimentos. En París, muchos sobrevivieron sólo gracias a las autoridades, que temiendo una revuelta, forzaron a los ricos a proporcionar comedores de beneficencia. Sin grano para hacer pan, alguna gente del país hizo “harina” moliendo helechos, añadiendo ortigas y cardos. Para el verano, hubo informes de gente hambrienta en los campos “comiendo hierba como las ovejas”. Antes de final de año había muerto más de un millón de personas de frío o hambre.

El hecho de que tanta gente dejara constancia del frío sugieren que el invierno de 1708/1709 fue inusualmente duro, pero ¿cómo de extraordinario era esto?

En 2004, Jürg Luterbacher, climatólogo de la Universidad de Berna en Suiza, realizó una reconstrucción mes a mes del clima de Europa desde 1500, usando una combinación de medidas directas, indicadores representativos de la temperatura tales como anillos de los árboles y núcleos de hielo, y datos recopilados en documentos históricos (Science, vol 303, p 1499). El invierno de 1708-1709 fue el más frío. En gran parte de Europa la temperatura fue mucho más de 7º C menor que la media para la Europa del siglo XX.

Por qué hizo tanto frío es difícil de explicar. La Pequeña Edad del Hielo estaba en su clímax y Europa experimentaba momento turbulentos: la década de 1690 vio una cadena de veranos fríos y cosechas fallidas, mientras que el verano de 1707 fue tan cálido que la gente moría de golpes de calor. Globalmente, el clima fue más frío, con la emisión del Sol en su punto mínimo en milenios. Hubo algunas espectaculares erupciones volcánicas en 1707 y 1708, incluyendo la del Monte Fuji en Japón y el Santorini y el Vesubio en Europa. Esto podría haber enviado polvo a gran altura en la atmósfera, formando un velo sobre Europa. Tal velo de polvo normalmente llevaba a veranos más fríos y a veces a inviernos más cálidos, pero los climatólogos creen que durante esta persistente fase fría, el polvo podría haber hecho caer las temperaturas tanto de invierno como de verano.

Ninguna de estas cosas, no obstante, da cuenta de la extremidad de este invierno concreto. “Parece haber sucedido algo inusual”, dice Dennis Wheeler, climatólogo de la Universidad de Sunderland en el Reino Unido. Como parte del Proyecto Millenium de la Unión Europea, que trata de reconstruir el clima de Europa de los últimos 1000 años, Wheeler está extrayendo datos de los libros de bitácora de la Armada Real, que proporcionan observaciones diarias del viento y el clima. “Con datos diarios se puede crear una media mensual muy fiable pero también puede verse lo que sucedió de un día al siguiente”, dice Wheeler. Él y sus colegas han compilado una base de datos de observaciones diarias que se extienden hasta 1685 del área del Canal de la Mancha. “Esta es una zona climática clave. El clima refleja una condiciones más amplias en todo el Atlántico, que es en circunstancias normales donde se origina en gran parte el clima europeo”.

La causa más inmediata para los inviernos fríos en Europa es normalmente un viento gélido de Siberia. “Lo que se esperaría que tuviese grandes rachas de viento del este con un anticiclón bien desarrollado sobre Escandinavia aspirando aire frío de Siberia”, dice Wheeler. En lugar de esto, sus datos muestran una predominancia de vientos del sur y el oeste – los cuales normalmente traen aire caliente a Europa. “Sólo hubo vientos del norte y el este ocasionalmente y nunca durante más de unos pocos días”, dice Wheeler. Otro extraño hallazgo es que enero fue inusualmente tormentoso. Las tormentas invernales tienden a traer un clima más templado, aunque inestable, a Europa. “Esta combinación de frío, tormentas y vientos del oeste sugieren que el responsable de tal invierno fue otro mecanismo”.

Puede que no haya una explicación simple para la Gran Helada de 1709, pero los patrones climáticos inesperados revelados por los datos de Wheeler subraya por qué las reconstrucciones climáticas son tan importantes. “Tenemos que explicar la variación natural del clima a lo largo de los siglos pasados de tal forma que podamos aislar los factores que contribuyen al cambio climático. Pero antes podemos hacer lo necesario para señalar esos cambios en detalle”, dice Wheeler. “El clima no se comporta de forma consistente y los periodos más cálidos y fríos, secos y húmedos no siempre pueden explicarse mediante los mismos mecanismos”. En las dos décadas tras ese terrible invierno, el clima se calentó muy rápidamente. “Alguna gente apunta a eso y dicen que el calentamiento actual no es nuevo. Pero no son comparables. Los factores que causaron el calentamiento de entonces eran bastante distintos de los que funcionan ahora”.

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Pensamiento de hoy

febrero, 2008
Aprender sin pensar es tiempo perdido, pensar sin aprender es peligroso.
Confucio, filósofo chino.


"No hay viento favorable para el que no sabe a dónde va" (Séneca)

Camuflaje OVNI

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En nuestro mundo, una de las facultades que más nos asombra del mundo animal es la llamada mimetismo. Esta es la capacidad de los organismos vivos para pasar inadvertidos para los depredadores. Las variantes son múltiples, desde cambiar el color del pelaje, confundiéndose con su medio, hasta el de adquirir las formas de su entorno, incluso cuando nosotros mismos observamos el comportamiento de animales de nuestro interés, utilizamos el recurso del camuflaje. En la guerra la invisibilidad es una premisa, es por eso que la nación que logre duplicar el camuflaje OVNI obtendrá todas las ventajas sobre su enemigo. Actualmente existen naves invisibles, por lo menos para el radar, como el llamado Stealth Fighter, que por su diseño y pintura especial pasa inadvertido para los radares.

Einstein, en una de sus teorías afirmaba que mediante procesos magnéticos haciendo vibrar un objeto, esté podría desplazar el espectro electromagnético visible que despiden los objetos haciéndolos completamente indistinguibles para el ojo humano. Teoría que se probaría en el tristemente célebre experimento Filadelfia en 1947, con repercusiones bastante lamentables.

Los rayos infrarrojos y ultravioleta están por encima y por debajo, respectivamente, del espectro visible para el ojo humano. Para que una frecuencia infrarroja pueda ser perceptible son necesarios elementos ópticos y tecnológicos de los que carece el ojo humano, sin embargo, un ejemplo claro para poder realizarlo en nuestro hogar, basta colocar un telemando frente a una cámara de video y observarlo en el monitor de televisión.

Esto explicaría cómo aparece y cómo queda registrado en un video un OVNI, cuando al realizar la grabación éste no se observa y ni siquiera es el centro de atención. No obstante, este fenómeno también se produce en negativos fotográficos aun cuando este proceso (óptico químico) es diferente al video. Dando una idea de que si nuestras percepciones físicas no pueden detectar estos avistamientos, sí se cuenta con elementos para poder observarlos.

Otro tipo de camuflaje OVNI (al menos físico y visible), sería el de adoptar las formas del entorno atmosférico, en este caso nubes. Se han registrado avistamientos donde los observadores de estos fenómenos, ven claramente cómo las nubes tienen movimientos caprichosos en el cielo. Estos movimientos por cierto muy semejantes a los observados a través de la historia, donde incluso algunos casos se observan bajar entidades de las mismas.

Por otra parte, la misma maniobrabilidad de algunos OVNI´s hacen que pasen desapercibidos para algunos instrumentos de detección, esto como es de suponerse, sólo es necesario hallarse fuera del campo que cubre un radar, colocándose por encima o por debajo para pasar inadvertido. En medio de estos parámetros explicativos queda otra interrogativa, ¿se pueden ver o fotografiar entidades que se desarrollan en un plano de tres dimensiones? No, no se puede, ya que no obedecen las leyes físicas y ópticas del mismo comportamiento que conocemos, haciendo imposible dejar constancia en una placa o en un video, al menos con la óptica terrestre tal y como la conocemos.

Como se podrá deducir entonces, el hecho de que observemos OVNI´s en el cielo, sólo puede tratarse de un acto consciente de ser observados y enterarnos que allá arriba está sucediendo algo.