(NC&T) El aumento en los precios del petróleo y la demanda creciente de energía de fuentes no contaminantes ha llevado a una acelerada producción global de enormes turbinas eólicas que convierten la potencia del aire que pasa por ellas en electricidad. La tecnología de fabricación de estos dispositivos ha mejorado de manera espectacular en los años recientes, haciendo la energía eólica más atractiva. Por ejemplo, Dinamarca puede producir aproximadamente un 20 por ciento de su energía eléctrica mediante las turbinas eólicas. El panorama es pues halagüeño. Pero unas preguntas importantes siguen sin poder ser respondidas con suficiente certeza: ¿Podrían los grandes parques eólicos, fustigando el aire con sus enormes aspas giratorias, alterar las condiciones meteorológicas locales? ¿Diferentes combinaciones de estas turbinas podrían llevar a una producción aún más eficiente? Los investigadores, de la Universidad Johns Hopkins y del Instituto Politécnico Rensselaer, confían en que su trabajo ayudará a encontrar las respuestas a estas preguntas.
Con diámetros de hasta 100 metros, esas turbinas eólicas son las máquinas rotatorias más grandes construidas en la historia. Hay muchas investigaciones realizadas sobre la aerodinámica de las aspas eólicas, pero pocas personas han analizado la manera en que estas máquinas interactúan con las condiciones turbulentas del viento que las rodea. Estudiando la corriente de aire alrededor de pequeños modelos de molinos de viento en el laboratorio, los expertos pueden desarrollar modelos informáticos que les dicen más sobre lo que está pasando en la masa de aire que rodea a los parques eólicos.
Para recoger los datos destinados a tales modelos, el equipo liderado por Charles Meneveau, especialista en turbulencia en la Universidad Johns Hopkins, lleva a cabo los experimentos en un túnel de viento. El túnel usa un gran ventilador para generar una corriente de aire que se mueve a unos 65 kilómetros por hora. Antes de que entre en el área de prueba, el aire atraviesa una "rejilla activa", una cortina de placas perforadas que giran al azar y crean turbulencia para que las corrientes de aire en el túnel se parezcan más a las condiciones del viento en la vida real. Las corrientes de aire entonces pasan a través de una serie de hélices pequeñas montadas encima de postes, que imitan a un conjunto de turbinas eólicas.
Los investigadores recogen información sobre la interacción de las corrientes de aire y de los modelos de turbinas usando un procedimiento de alta tecnología.
Los resultados de estos experimentos podrían conducir a un mejor conocimiento de las condiciones de los parques eólicos reales. ¿Qué pasa cuándo estas turbinas eólicas son colocadas demasiado juntas o demasiado separadas? ¿Qué pasa si son alineadas en fila o alternadas? Es importante comprender y cuantificar todos estos efectos, en vez de simplemente construir estas colosales estructuras, y ponerlas en funcionamiento, sin saber lo que va a pasar.
Los grupos densos de turbinas eólicas también podrían afectar a las temperaturas y los niveles de humedad de las inmediaciones, y acumulativamente, quizás, alterar las condiciones meteorológicas locales. Se necesitarán modelos informáticos muy exactos para desenredar la multitud de efectos involucrados. Esta nueva investigación proporcionará los datos de dinámica de fluidos que se necesitan para mejorar la exactitud de tales modelos informáticos.
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