Giove-B, segundo satélite experimental de Galileo, fue colocado en órbita este domingo, un paso importante para el futuro sistema europeo de localización tras años de problemas técnicos y políticos.
AFP
Un Soyuz despegó con el satélite cuatro horas antes, a las 04H16 locales (22H16 GMT del sábado), desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajstán).
Giove-B se separó de la lanzadera y alcanzó su altitud orbital de 23.200 kilómetros en menos de cuatro horas, poco después de las 02H00 GMT, una operación calificada de "éxito" por Jean-Yves Le Gall, presidente de Starstem, sociedad ruso-europea encargada del lanzamiento.
El satélite "alcanzó su órbita nominal" y "los parámetros orbitales son excelentes", subrayó por su parte Didier Faivre, jefe del departamento navegación de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Giove-B desplegó después sus paneles solares correctamente, agregó Faivre. No obstante, aún serán necesarias varias horas para considerar que la misión ha sido un éxito.
Giove-B, un cubo de 500 kilos construido por Astrium y Thales Alenia Space, toma el relevo del primer satélite experimental Giove-A, lanzado en diciembre de 2005.
Su lanzamiento se ha realizado con más de un año de retraso debido a un problema técnico que fue identificado en un calculador de bordo.
Ninguno de los dos Giove forma parte de la constelación operacional de 30 satélites que hará funcionar Galileo, pero sirven para probar elementos técnicos en vuelo.
Giove-B contiene en particular el reloj más preciso enviado hasta ahora al espacio, con una pérdida de menos de un nanosegundo diario.
Galileo, cuyo despliegue está previsto en 2013, promete una precisión de localización de un metro, en lugar de una decena de metros a veces el actual GPS norteamericano.
La puesta en órbita de Giove-B también permitirá que Europa conserve el acceso a una frecuencia reservada para Galileo en la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).
Para que Galileo funcione en 2013 y pueda competir con el GPS, Europa debe lanzar ahora los 30 satélites operacionales de la constelación.
Los cuatro primeros deben ser lanzados el primer trimestre de 2010, para la fase llamada de desarrollo y validación en órbita (IOV).
Deberán seguir luego los 26 satélites suplementarios que permitirán que el sistema alcance su capacidad operacional completa (FOC).
El Parlamento Europeo dio luz verde el miércoles a la parte final del proyecto, con una financiación de 3.400 millones de euros de fondos comunitarios. Esta decisión fue tomada después del fracaso de un programa de cofinanciación con las industrias.
La Comisión Europea y ESA van a poder lanzar de aquí al verano las licitaciones para la industria de manera que los contratos se puedan firmar este mismo año.
Para el comisario europeo de Transportes, Jacques Barrot, Galileo representa "un instrumento de soberanía para Europa" y marcará su "independencia total".
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