(NC&T) Los estudios comparativos en las aves pueden ayudar a esclarecer las funciones del sueño revelando principios importantes que podrían ser pasados por alto si sólo se estudiase a los mamíferos. Esto es así porque las aves son el único otro grupo taxonómico además del de los mamíferos, que muestran tanto el sueño SWS como el REM. La evolución independiente de fases similares de sueño en las aves y en los mamíferos podría relacionarse con el hecho de que cada grupo, también independientemente, evolucionó hasta tener potentes cerebros capaces de realizar procesos cognoscitivos complejos.
En un nuevo estudio, investigadores del Instituto Max Planck de Ornitología en Seewiesen, Alemania, han demostrado por primera vez que las aves compensan la pérdida de sueño de una forma similar a la de los humanos.
Durante el SWS, las oscilaciones sincrónicas lentas de las neuronas se registran en el EEG (electroencefalograma), como grandes ondas lentas con una frecuencia de menos de 4 hercios, de ahí el nombre de Sueño de Ondas Lentas. La cantidad de ondas lentas está directamente correlacionada con la profundidad del sueño y puede que refleje los procesos de restauración que se llevan a cabo durante el sueño. De hecho, los humanos y otros mamíferos nos recuperamos de los períodos de pérdida de sueño, fundamentalmente incrementando la cantidad de ondas lentas, sobre todo durante las primeras horas del SWS, en esencia durmiendo más profundamente.
Aunque las aves también muestran el SWS, no se había comprobado si muestran una respuesta similar frente a la pérdida de sueño. Dolores Martínez-González y sus colegas del Instituto Max Planck para la Ornitología han verificado ahora que las aves, en este caso palomas, muestran una respuesta similar.
En su estudio, los investigadores impidieron a las palomas tomar siestas, algo que generalmente hacen durante las últimas horas del día. Durante la noche, se les permitió dormir normalmente. Aunque el tiempo de duración del SWS no aumentó durante la recuperación, la cantidad de ondas lentas sí aumentó, al igual que en los mamíferos. Esto significa que las palomas, y presumiblemente otras aves, tienen la capacidad de recuperar el sueño perdido sin tener que pasar más tiempo durmiendo.
Si las palomas pierden horas de sueño cuando un depredador merodea cerca de ellas, pueden recuperar más tarde esta pérdida durmiendo más profundamente. Este parámetro de la intensidad del sueño en las aves y los mamíferos puede dar a los animales un cierto grado de flexibilidad en cómo satisfacer sus requisitos diarios de sueño.
La forma en que se regula el sueño en las aves y los mamíferos parece ser más similar que lo previamente estimado. Esto aumenta las posibilidades de conocer más sobre la función del sueño en los humanos, mediante la estrategia de estudiar también el sueño en las aves.
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