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Monday, March 7, 2011

El Saber Magico del Antiguo Egipto 6


Magia de los templos y las ciudades

La magia está omnipresente en los templos. Por la práctica de los rituales, por el significado mismo de la arquitectura y la escultura, pero también en razón de una sorprendente realidad: las imágenes grabadas sobre los muros están vivas, animadas. Toman vida cuando las palabras rituales se pronuncian. En la ceremonia de la mañana, la más importante de la jornada, la imagen del faraón, en el mismo instante y en todos los templos de Egipto, "desciende" de las paredes en las que está inscrita y se encarna en el cuerpo del sacerdote encargado de actuar en su lugar.
Según la estela de la época de Ramsés IV, los templos están protegidos mágicamente por amuletos, fórmulas, de modo que todo mal sea expulsado de su cuerpo. Cuerpo es la palabra justa, ya que cada santuario es considerado un ser vivo.
Lo que se encuentra en los templos (estelas, bajorrelieves, mobiliario, etc.) como en las tumbas debe ser preservado mágicamente. Quien pusiera la mano sobre estos objetos o sobre los decretos administrativos registrados sobre las paredes de los monumentos perecería bajo la estada de Amón o el fuego de Sakhmet, la diosa – leona.
Las ciudades como los templos, gozaban de una protección mágica. El caso de la aglomeración tebana es característico (5). Tebas, Hermontis, Medamud, Tôd, eran los cuatro santuarios del dios Montu. El de Medamud guardaba cuatro estatuas, hogar mágico para el conjunto de la región. Un texto explica que "Amón – Ra, líder de los dioses, está en medio del Ojo derecho, completo en sus elementos… Lo que Tebas es, Medamud lo es: El Ojo sano y completo, el oudjat, llevado a menudo como amuleto. El plano de los templos tebanos, más particularmente el de Medamud, encarna este Ojo cósmico, clave principal del simbolismo egipcio. No olvidemos que el signo del Ojo único, en jeroglífico, significa "hacer, crear".
Existe también una fórmula para la protección de la morada familiar y de sus elementos, la ventana, los cerrojos, el dormitorio, la cama… A cada lugar de la casa está destinada una divinidad protectora: un halcón hembra, Ptah, jefe de los artesanos, "aquel cuyo nombre está oculto", y otros genios. Así, los enemigos no entrarán allí ni de día ni de noche (6).

(5) E. Drioton, "La protección mágica de Tebas en la época de los Ptolomeos", en La Etnografía, 1931, 3 – 10
(6) AEMT, 11

Vencer a la muerte

El mago es "especialista" de la vida como de la muerte. Cuando el alma deja el cuerpo, todo se desune. Los elementos constitutivos del ser, unidos hasta entonces por el fenómeno "vida", ya no conviven. Además, la muerte es un paso muy peligroso, ya que los diferentes elementos corren el riesgo, al otro lado del espejo, de permanecer disociados. Se da entonces la "segunda muerte", la extinción definitiva del ser. De ahí la necesidad de la acción mágica: preservar la coherencia del ser durante el paso de este mundo al otro, hacerlo revivir en el otro lado en su plenitud.
La momificación es un acto mágico. Se tiene cuidado, especialmente, en conservar las vísceras en recipientes especiales, los canopos. Cada recipiente está colocado bajo la protección de una divinidad, uno de los hijos de Horus, en nombre de los cuatro. Amset, con cabeza de hombre, protege el hígado; Hapi, con cabeza de babuino, los pulmones; Duamutef, con cabeza de chacal, el estómago; Kebekhsenuel, con cabeza de halcón, los intestinos. No son sólo los órganos materiales los que se benefician de los favores divinos, sino también los principios sutiles que cada uno guarda. El ser, según el esoterismo egipcio, está compuesto por diversas "cualidades" , de las cuales las más comunes conocidas son el akh, la proyección, el ba, el poder de encarnación, y el ka, la potencia vital. Existe también el heka, la capacidad mágica del individuo (*). Cada elemento tiene una existencia independiente. El arte del mago consiste en hacerlos pasar a todos por las puertas del cielo, de modo que el ser completo pueda ir y venir, dirigirse hacia la luz (7).
Según la extraordinaria expresión de los Textos de las pirámides (8), el muerto no está realmente muerto, sino vivo. Esta constatación se aplica al rey y a los iniciados regenerados por los ritos. La magia funeraria tiene por objeto esta vida resucitada que necesita el prefecto funcionamiento del corazón – conciencia, de los órganos vitales, el libre desplazamiento en los espacios celestes, el disfrute de las sutiles energías contenidas en los alimentos y en las bebidas servidas en los banquetes del más allá (9).
Si el mago no fuese un Maestro en su arte, sería una catástrofe cósmica. El sol ya no saldría, el cielo se vería privado de los dioses, el orden del mundo se vería invertido. El culto ya no se celebraría, el ritmo de todas las cosas estaría perturbado (10). Como dueño de la energía, el mago permite a las fuerzas luminosas manifestarse en su plenitud. Uno de sus nombres más frecuentes es "poderes de Heliópolis", la ciudad del sol. Éstos engendran la prosperidad. Cuando la energía está desequilibrada, estos poderes no se manifiestan. Los niños ya no nacen (11).
Preservación y transmisión de la vida son acciones mágicas. Por ellas están animados cuerpos aparentemente inertes. Una estatua, por ejemplo, parece no ser más que un objeto de piedra. Por el rito de "apertura de la boca", la estatua cobra vida. Una presencia espiritual la habita. En las mastabas, las tumbas del Imperio Antiguo, el serdab, reducida pieza, guarda una estatua – viva – del muerto. El ka del difunto está presente en esta estatua. Se beneficia del recitado de las fórmulas que le proveen de la energía que necesita.
Los famosos "modelos" depositados en las tumbas no son juguetes, sino objetos mágicos: por ejemplo, las barquitas de madera con sus remeros pasan a ser, en el más allá, medios de transporte muy reales que permiten al viajero bogar sobre las aguas eternas del cosmos.
La vida está amenazada por fuerzas hostiles, especialmente por las almas escapadas de las tumbas, debido a errores mágicos o insuficientes rituales. Vagan causando graves daños físicos o psíquicos. Al mago que los neutraliza, el que aprende, en el interior de la Casa de la

(*) El akh está simbolizado por un ibis. En los orígenes, es el poder sobrenatural de los dioses y del rey. El ba es la facultad móvil del ser, representada por un pájaro con cabeza humana. Los baou (plural egipcio del término) de las ciudades son su poder sobrenatural, su carácter propio. El ka es la Fuerza. El ka de los alimentos, por ejemplo, es su aspecto energético. Potencia sexual, el ka es animación de la materia.
(7) Text. Sarc., VI, 71
(8) Pir § 134 = Text. Sarc., I, 187
(9) Cf. Goyon, J. – C., El Papiro del Louvre N 3 279, 75
(10) Sauneron, S., pap. Mág. Ilustrado de Brooklyn, 1920, nota I1
(11) ASAE, 39, 75
Vida, los secretos de lo invisible. A quien conoce la estatuilla llamada "Vida", que es el corazón de esta institución iniciática, se le dice: "Tú estarás al abrigo de la muerte repentina, al abrigo del fuego, al abrigo del cielo, éste no se derrumbará y la tierra no se tambaleará, y Ra no se convertirá en cenizas junto con los dioses y las diosas (12)". Esta estatuilla "Vida" está momificada, luego recubierta con capas de ungüentos y de una sustancia llamada "piedra divina", y por fin extendida sobre un féretro. Se la consagra antes de abrirle la boca y colocarla en una piel de carnero, una "piel de resurrección" . La "Vida", protegida de este modo, se conserva en una cámara de la Casa de la Vida en la que es constantemente regenerada por medio de los ritos (13).
De forma simbólica, la Casa de la Vida es un patio de arena que circunda un muro, abierto con cuatro puertas. En el interior, se levanta una cámara para guardar un relicario que contiene una momia de Osiris. Alrededor, numerosas construcciones: viviendas, almacenes, talleres donde se forman los especialistas destinados a cumplir funciones rituales.
En Egipto la magia de los ritos no es una simple palabra. Otorga efectivamente la vida, vence a la muerte. El mago coloca sobre la momia amuletos, después de efectuados los movimientos. Así hace pasar al "muerto" de su cuerpo humano a su cuerpo divino. Los vendajes que envuelven la momia dependen de una diosa, Tait, cuyo papel consiste en preservar el cuerpo de la descomposició n. Tait es también la diosa que crea las vestiduras reales (14). Dicho de otro modo, ella confiere al individuo momificado ritualmente una cualidad real.
La apertura de la boca y la apertura de los ojos son actos que transforman el cadáver en ser vivo. El mago practica la apertura de la boca con una azuela de hierro, fumiga, colocando incienso en una llama, y purifica con el agua de la juventud (15). Se le pide a Ptah, padre de los dioses, que favorezca la apertura de la boca y de los ojos como hizo con el dios Sokar, en el taller de los escultores de Menfis llamado "la morada del Oro (16)". Una de las ilustraciones más bellas de este rito se encuentra en la tumba de Tutankamón, donde el rey Aï, vestido con una piel de pantera, abre la boca del joven rey muerto, representado como Osiris.
Punto capital: el sarcófago no es una tumba ni un lugar cerrado. Está considerado como un barco y como en vientre del cielo. En el Imperio Medio se pintaban falsas puertas en el exterior y pintaban dos ojos a la altura de la cara de la momia. El espíritu del "muerto" entra y sale del sarcófago. La tumba, por tanto, es un lugar de paso. La falsa puerta, situada en principio en la parte oriental de la mastaba, hace de comunicación entre este mundo y el más allá. El espíritu pasa a través de la materia.

El nombre, clave del poder mágico

El conocimiento del nombre es el verdadero conocimiento. Pronunciar el nombre es construir una imagen espiritual, revelar la esencia del ser. Nombrándolo, creamos. Al conocer los verdaderos nombres, que están ocultos al profano, experimentamos su dominio.
Lo más grave para un ser es ver destruido su nombre. También la magia toma todo tipo de precauciones para que el nombre dure eternamente (17). Los elementos del nombre, las letras que lo componen, son sonidos portadores de energía. Cuando el mago habla de forma ritual, utiliza esos sonidos como una materia animada, actúa sobre el mundo exterior, lo modifica si es preciso.
Cada ser – incluidas las divinidades – posee un nombre secreto: el dios solar, Ra, no es la excepción a la regla. Su padre y su madre le habían dado su verdadero nombre, oculto en su nacimiento (18). Ciertos nombres secretos son revelados por los textos en el transcurso de curiosos episodios. Así, Horus navegaba en una barca de oro en compañía de su hermano. Este

(12) Derchain, P., Pap. Salt., 144
(13) Íd., 90
(14) SO, 8, 27
(15) Goyon, J. – C., Rituales, 61
(16) Goyon, J. – C., El papiro del Louvre N 3 279, 34
(17) Goyon, J. – C., Rituales, 205
(18) Posener, G., RdE 22, 204

último fue mordido por una serpiente. Le pidió a Horus que le socorriese. El dios dijo: "Revélame tu nombre". Sólo con esta condición, Horus médico haría venir al gran dios con objeto de iniciar el proceso de curación. En estas condiciones, su hermano está obligado a ceder. Confiesa: "Yo soy el de ayer, el de hoy y el mañana", "yo soy un hombre de un millón de codos, cuya naturaleza es desconocida" , "yo soy un gigante"… Horus escucha esta letanía, pero permanece escéptico. El verdadero nombre no figura entre aquellos. El otro cede. Por fin se sincera y le da su nombre secreto: "El día en que una mujer encinta puso un hijo en el mundo (19)". Horus pronuncia entonces la fórmula de curación. Sin duda hay que ver en este relato una ilustración simbólica de lo andrógino, de ese ser hombre – mujer que existía en el alba de los tiempos, antes de la separación del espíritu en "hombre" y "mujer".
El ejemplo más célebre de la búsqueda del nombre secreto se nos ofrece con la leyenda de Isis y Ra. La diosa tenía por fuerza que descubrir el verdadero nombre del dios Luz. Sólo existe un arma eficaz para conseguir sus fines: la magia. Como Ra era muy mayor, su saliva caía sobre el suelo. Isis utilizó este valioso material. Lo modeló con su mano, con ayuda de la tierra que se adhería a él. De esta masa hizo una serpiente que situó en el camino pro donde pasaba Ra. Mal protegido por su séquito, el dios sol fue picado por el reptil. Muy sorprendido, Ra lanzó un grito que llegó hasta el cielo. "¿Qué sucede?", se extraña el señor de la luz. Tiembla, balbucea. El veneno circula por sus venas, se adueña de su cuerpo. Llama a los dioses. Que vengan a su lado, ellos que han nacido de su ser. Ra explica que ha sido picado por una criatura dañina. No la ha visto, no la conoce. No ha sido creada por él. Escapa a su control. Ra sufre atrozmente. Nunca había sentido un dolor parecido. Pronuncia palabras que cada mago repetirá cuando se identifique con el dios: "Yo soy un Grande, hijo de un grande, soy un simiente que ha nacido de un dios. Soy un gran mago, hijo de un gran mago… Tengo muchos nombres y muchas formas, mi forma está en cada dios".
Ra se desahoga. Su padre y su madre le han ofrecido un nombre que ha permanecido secreto, en lo más profundo de sí mismo. Es por eso que ningún mago, ninguna maga, tiene poder sobre él. Pero ha sido alcanzado por una dolencia que no conoce, mientras paseaba por la tierra que él ha creado. ¿Qué es este dolor insoportable? No es ni fuego, ni agua. Su cuerpo tiembla. El frío comienza a invadirle.
"Que se haga comparecer a los niños de los dioses – ordena – los que pueden decir palabras adecuadas, aquellos cuyas bocas son sabias, cuya habilidad alcanza el cielo". Todos se apresuran, todos socorren a Ra.
Una diosa era famosa por sus cualidades mágicas excepcionales y su capacidad de otorgar el soplo de vida, reanimando al que ya no respiraba: Isis. Ésta viene y pregunta a Ra: "¿Qué sucede? ¿Qué significa esto?". Se comprueba que una serpiente ha mordido a Ra. Ella conjurará, pues, el veneno con un encantamiento apropiado.
El estado de Ra se agrava. Está mas frío que el agua, más ardiente que el fuego. Sus miembros están cubiertos por sudor. Ya no ve.
Isis se acerca a él. Ella, murmura con astucia: "¡Dime tu nombre, divino padre!". Ella lo necesita, en efecto, para formular la conjuración que permitirá a Ra continuar con vida. El dios responde: "Yo soy aquel que hizo el cielo y la tierra, encadenó las montañas y creó lo que está arriba". Añade que ha puesto en el mundo los elementos, los horizontes, ha colocado las divinidades en el cielo. Cuando él abrió los ojos, nació la luz. Cuando los cierra, se forman las tinieblas. Él genera el fuego, los días, los años, las flores. Pero su nombre sigue siendo desconocido. Se sabe que se llama Khepre por la mañana, Ra a mediodía, Atum por la tarde… pero esto no basta para detener el veneno. El gran dios no ha sido curado.
Isis le responde: "¡Tu nombre secreto no está entre los que me has dicho! Confiésamelo, y el veneno saldrá". El estado de Ra empeora cada vez más. "Acerca tu oído, hija mía – dice a Isis – para que mi nombre pase de mi pecho al tuyo".
Ra, revela, pues, su nombre secreto a Isis. Desgraciadamente el oído humano no era lo bastante fino para percibir las palabras pronunciadas por el dios. Sólo la diosa conoció la confidencia. Para conocer el secreto, para entender la palabra perdida, hay que ser iniciado en los misterios.

(19) Lexa, F., II, 51 – 52
Cada ser humano tiene la misión de buscar y conocer el nombre secreto que le fue confiado en el momento de su nacimiento y del que debe hacerse digno. Pasar victoriosamente la prueba de la muerte es hacer que este nombre perdure como el de Osiris. La importancia de un nombre es tal que está sujeto a culpa, como valor sagrado, por los tribunales. Por eso se cambia el nombre de los criminales culpables de haber violado un lugar santo o de haber intentado edificar una morada más elevada que la de los dioses. Primer grado de castigo: excluir del nombre del acusado el del dios que podría ser mencionado con él. En el complot perpetrado contra el faraón Ramsés III, los criminales habían utilizado magia para asesinar al monarca. También se les cambiaron sus nombres haciéndolos odiosos; en adelante se llamaron "Ra - el - odioso", "Maldad – en – Tebas" y "el demonio". Estos nombres espantosos son castigos en sí mismo. Se puede ir más lejos y suprimir todo recuerdo del culpable haciéndole desaparecer, ya que el nombre es un elemento esencial para la supervivencia. El muerto sin nombre está condenado a la segunda muerte. Es destruido en su ser profundo (20).
En el reino de los muertos hay que recordar ante todo el propio nombre (21). El mago se presenta como un constructor que merece un sitio preeminente en el cielo. Su nombre ha sido pronunciado en los templos. Él se ha acordado por la noche de contar los años y los meses, en el momento de su iniciación a los misterios cuando fue identificado por sus iguales como un adepto. Precisa a los dioses que su nombre es un dios que reside en su cuerpo (22). A los seres de luz que encuentra en el cielo, declara: "Yo conozco vuestros nombres (23)".
Pero el "verdadero nombre" de los dioses no es pronunciado jamás entre profanos. De vez en cuando, se da la sensación de revelarlo recitando una sucesión de sonidos incomprensibles que no significan nada. Los iniciados de la Casa de la Vida desalentaban de este modo a los curiosos que deseaban adquirir poderes personales y no descifrar el sentido profundo de los jeroglíficos. En efecto, cada nombre divino está formado por letras – madre que dan el significado esotérico de cada personalidad divina. Tomemos un ejemplo. El nombre del dios chacal Anubis está formado por una i, de una n y de una p, lo que hace inp, de donde, con la introducción de vocales para que se pueda pronunciar, da Anubis (a para i, que es una semiconsonante en egipcio, b intercambiada por p). Ahora bien, el papiro Jumilhac explica claramente que cada letra de las que forman el nombre de Anubis tiene un significado preciso. Por ellas, el dios tiene el poder sobre el soplo vital, la energía y la materia, tres cualidades indispensables para cumplir su papel de embalsamador, de iniciador y de Maestro de ceremonias en los ritos de resurrección.
Conocer los nombres secretos da acceso a los paraísos celestes (24), cuyas puertas son abiertas por Ra y Nut. En cada puerta del más allá, el mago debe probar que conoce el nombre del guardián y de la puerta misma. Es necesario dar detalles. Guardián del umbral, Anubis pregunta a los que desean entrar: "¿Conoces el nombre del dintel y del umbral?"; hay que responder: "Señor de la rectitud que se sostiene sobre sus dos piernas" (nombre del dintel) y "señor de la fuerza, que introduce el ganado" (nombre del umbral). Como en todas las cofradías iniciáticas, el viajero es examinado (25). Si sus conocimientos son suficientes, se le dice: "¡Pasa, porque tú sabes!".
Es preciso escapar de los pescadores que cogen en sus redes las almas de los muertos. Para ello, el mago demuestra que conoce el nombre oculto de cada una de las partes de la red, de la cual, por consiguiente, no tendrá nada que temer (26).
Nacida en el suelo de Egipto, la religión cristiana no olvidó la magia del nombre. El mago copto se identifica con Cristo, con María, ordena a los dioses, a los espíritus y a los ángeles, amenaza al diablo, ruega, todo ello invocando los "verdaderos nombres" gracias a los cuales espera obtener una eficacia plena.

(20) Posener, G., RdE 5, 51 – 56
(21) Text. Sarc., cap. 410 y 412
(22) Text. Sarc., cap. 238
(23) Text. Sarc., cap. 220, por ejemplo
(24) Text. Sarc., cap. 24
(25) LdM, cap. 125
(26) LdM, cap. 153 ACAPÍTULO III
Los instrumentos mágicos

Los amuletos

Vivos y muertos gozan de la protección de los amuletos que llevan sobre sus cuerpos. A menudo representan a grandes divinidades (Ra, Horus, Osiris) que garantizan un excelente viaje por los cielos, la seguridad, la salud y toda suerte de dichas comparables. Un amuleto está "inscrito" sobre diversos soportes, como, por ejemplo, papiros o telas. Se anuda o se cuelga con un cordoncillo alrededor del cuello: lo importante es estar en contacto con él.
Cuando el mago crea un amuleto, introduce en el objeto fuerzas esenciales para preservar la vida y garantizar la inmunidad de un cuerpo o de una momia. Con objeto de proteger por completo a esta última, hay que utilizar ciento cuatro amuletos diferentes. Atados a los dedos de los pies o a los pies, hacen circular la fuerza mágica a través de todo el cuerpo antes de llegar a la cabeza (1). Protegen del mal de ojo bajo todas sus formas.
Es por eso que una buena madre de familia tiene un conocimiento profundo de la magia de los amuletos, los cuales utiliza para poner a su niño al abrigo de los peligros exteriores. También favorecen el amor, la vitalidad y el éxito en el trabajo.
Oro, bronce, cristal, barro y piedra son utilizados en la fabricación de amuletos. El papiro mágico de Leiden indica la manera de confeccionar un excelente talismán: se toma una cinta de lino de dieciséis cabos (cuatro blancos, cuatro verdes, cuatro azules, cuatro rojos), se tiñe con la sangre de una abubilla y se ata a un escarabajo en actitud de dios solar, vestido de biso (tejido de seda y lana). De este modo, es todo el universo religioso del antiguo Egipto el que se revela en el pequeño mundo de los amuletos: vemos en él una pléyade de divinidades, animales sagrados, elementos reales que confieren al difunto la categoría de faraón (por ejemplo, las coronas reales), conceptos abstractos como la Vida, la Salud, la Fuerza (simbolizadas por la "llave de la vida", el papiro), el corazón – conciencia, la mutación del ser encarnado en el escarabajo y la estabilidad en una columna. Objetos corrientes tienen un significado profundo: la escalera permite subir al cielo, el cabecero permite un sueño regenerador al resguardo de los demonios, los instrumentos de los constructores (tablero de diseño, nivel, escuadra, hilo) revelan la manera como trabajan los Creadores.
Como es norma dentro de la magia, es el Verbo quien confiere su realidad a los amuletos. Así, los capítulos 155 a 160 del Libro de los Muertos se titulan: "Palabras a pronunciar sobre una columna – djed de oro colocada en el cuello del bienaventurado, sobre un nudo de jaspe rojo colocado en el cuello del bienaventurado… " Bienaventurado, en efecto, el que se beneficia con tal seguridad contra las fuerzas del mal. La columna – djed merece una atención especial. Con motivo de una grandiosa ceremonia primordial dentro de la magia de Estado, el faraón enderezaba una columna tumbada sobre el suelo. De este modo recreaba la columna vertebral de su reino. En efecto, esta columna es el eje secreto del cuerpo de Osiris. Permite al Estado ser estable, conforme al modelo divino.
Sobre la columna – djed, se pronuncia esta fórmula: "Tu espalda te pertenece, tú que tienes el corazón en reposo; tus vértebras te pertenecen, tú que tienes el corazón en reposo. Tú te acuestas sobre la orilla, yo pongo agua debajo de ti. Mira, yo te entrego la columna – djed, de forma que te alegres con ella (2)". Fórmula enigmática cuya finalidad es permitir al ser enderezarse, adoptar la vertical, alcanzar la estabilidad necesaria para perdurar.
Antes de pronunciar las fórmulas sobre la columna, el mago la coloca sobre un ladrillo de arcilla. Se le prepara un nicho en el muro oeste de la tumba y se le coloca mirando al este. Se cierra luego el muro con tierra impregnada de aceite de cedro. La columna es invisible, pero está presente. Gracias a ella, la columna es inmutable y se convierte en una morada de eternidad (3).

(1) OMRO 51, 10
(2) Erman y Ranke, Civilización, 458
(3) LdM, cap. 137 A

Algunos amuletos son sorprendentes, como la "mano de Atum", diosa que ahuyentó la tempestad del cielo y que nos recuerda la masturbación primordial del creador. Esta mano, calificada de "poderosa", ayuda a la luz a vencer al demonio de las tinieblas. Expulsa el sufrimiento, la impureza (4). También, en ausencia de la madre o de la nodriza del niño, coloca sobre éste una mano amuleto para protegerle. Ésta no es otra que la "mano de Isis" que vela por su hijo Horus y le procura bienestar y salud (5).
La rana (en realidad la diosa Heget) es un amuleto que favorece la resurrección (6), en razón de su nacimiento particular en el limo del Nilo. Los seres más extraños decoran estos amuletos: los patecos, personajes desnudos, deformes, con el cráneo rapado, a la vez niños y adultos (7), cuyo papel consiste en expulsar a los demonios.
Dato primordial: los amuletos son eficaces tanto para los vivos como para los muertos. Pero ¿Cómo garantizar las funciones vitales, tanto aquí abajo como en el más allá, sin una utilización inteligente de los amuletos? Gracias a ellos, el bienaventurado tiene la posibilidad de unirse a los servidores de Horus, de gobernar el mundo de las estrellas (8).
En ña Época Baja, los amuletos proliferaron, exagerados por la oleada de una magia popular cada vez más ingenua, cada vez más alejada de sus raíces. Se utilizan sobre todo pelos de vaca, de cabra, así como sustancias más o menos apetitosas para fabricar talismanes de poco coste. Aquello no era más que una caricatura de la magia.

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Pensamiento de hoy

febrero, 2008
Aprender sin pensar es tiempo perdido, pensar sin aprender es peligroso.
Confucio, filósofo chino.


"No hay viento favorable para el que no sabe a dónde va" (Séneca)

Camuflaje OVNI

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En nuestro mundo, una de las facultades que más nos asombra del mundo animal es la llamada mimetismo. Esta es la capacidad de los organismos vivos para pasar inadvertidos para los depredadores. Las variantes son múltiples, desde cambiar el color del pelaje, confundiéndose con su medio, hasta el de adquirir las formas de su entorno, incluso cuando nosotros mismos observamos el comportamiento de animales de nuestro interés, utilizamos el recurso del camuflaje. En la guerra la invisibilidad es una premisa, es por eso que la nación que logre duplicar el camuflaje OVNI obtendrá todas las ventajas sobre su enemigo. Actualmente existen naves invisibles, por lo menos para el radar, como el llamado Stealth Fighter, que por su diseño y pintura especial pasa inadvertido para los radares.

Einstein, en una de sus teorías afirmaba que mediante procesos magnéticos haciendo vibrar un objeto, esté podría desplazar el espectro electromagnético visible que despiden los objetos haciéndolos completamente indistinguibles para el ojo humano. Teoría que se probaría en el tristemente célebre experimento Filadelfia en 1947, con repercusiones bastante lamentables.

Los rayos infrarrojos y ultravioleta están por encima y por debajo, respectivamente, del espectro visible para el ojo humano. Para que una frecuencia infrarroja pueda ser perceptible son necesarios elementos ópticos y tecnológicos de los que carece el ojo humano, sin embargo, un ejemplo claro para poder realizarlo en nuestro hogar, basta colocar un telemando frente a una cámara de video y observarlo en el monitor de televisión.

Esto explicaría cómo aparece y cómo queda registrado en un video un OVNI, cuando al realizar la grabación éste no se observa y ni siquiera es el centro de atención. No obstante, este fenómeno también se produce en negativos fotográficos aun cuando este proceso (óptico químico) es diferente al video. Dando una idea de que si nuestras percepciones físicas no pueden detectar estos avistamientos, sí se cuenta con elementos para poder observarlos.

Otro tipo de camuflaje OVNI (al menos físico y visible), sería el de adoptar las formas del entorno atmosférico, en este caso nubes. Se han registrado avistamientos donde los observadores de estos fenómenos, ven claramente cómo las nubes tienen movimientos caprichosos en el cielo. Estos movimientos por cierto muy semejantes a los observados a través de la historia, donde incluso algunos casos se observan bajar entidades de las mismas.

Por otra parte, la misma maniobrabilidad de algunos OVNI´s hacen que pasen desapercibidos para algunos instrumentos de detección, esto como es de suponerse, sólo es necesario hallarse fuera del campo que cubre un radar, colocándose por encima o por debajo para pasar inadvertido. En medio de estos parámetros explicativos queda otra interrogativa, ¿se pueden ver o fotografiar entidades que se desarrollan en un plano de tres dimensiones? No, no se puede, ya que no obedecen las leyes físicas y ópticas del mismo comportamiento que conocemos, haciendo imposible dejar constancia en una placa o en un video, al menos con la óptica terrestre tal y como la conocemos.

Como se podrá deducir entonces, el hecho de que observemos OVNI´s en el cielo, sólo puede tratarse de un acto consciente de ser observados y enterarnos que allá arriba está sucediendo algo.