(NC&T) El astrónomo Michael Meyer, de la Universidad de Arizona, dirigió un estudio con el Telescopio Espacial Spitzer de la NASA para determinar si los sistemas planetarios como el nuestro son comunes o raros en la Vía Láctea. Meyer y sus colegas encontraron que al menos el 20 por ciento, y posiblemente hasta un 60 por ciento, de las estrellas similares al Sol son candidatas a formar planetas rocosos.
Entre los miembros del equipo de investigación figuran Eric Mamajek del Centro para la Astrofísica (CfA), gestionado conjuntamente por la Universidad de Harvard y el Instituto Smithsoniano, John Carpenter del Instituto Tecnológico de California, y otros 11 astrónomos de Estados Unidos y Alemania.
Los astrónomos examinaron seis grupos de estrellas con masas comparables a la de nuestro Sol, usando el Spitzer. Las estrellas fueron agrupadas por edad.
El telescopio Spitzer detecta el polvo en diversas longitudes de onda infrarrojas y por lo tanto las temperaturas.Debido a que el polvo más cercano a una estrella debe estar más caliente que el más alejado, el polvo caliente probablemente denota la presencia del material en una zona cercana a la estrella, siendo posible determinar su distancia aproximada, en una franja orbital comparable a la existente entre la órbita de la Tierra y la de Júpiter.
"Hemos comprobado que entre el 10 y el 20 por ciento aproximadamente de las estrellas en cada uno de los cuatro grupos más jóvenes, muestran emisiones de 24 micrones debido al polvo", explica Meyer. "Pero usualmente no detectamos polvo caliente alrededor de estrellas con edades superiores a los 300 millones de años. La frecuencia simplemente cae a cero. Eso es comparable a la escala de tiempo que se piensa que tomó la formación y la evolución dinámica de nuestro propio Sistema Solar".
En un estudio aparte, Thayne Currie y Scott Kenyon del Observatorio Astrofísico Smithsoniano en Cambridge, Massachusetts, y su equipo, incluyendo a George Rieke y a Zoltan Balog de la Universidad de Arizona, también encontraron evidencia de polvo típico de la formación de planetas terrestres, alrededor de estrellas de entre 10 y 30 millones de años de edad. La evidencia sugiere que procesos similares podrían estar produciéndose alrededor de estrellas de entre 3 y 300 millones de años de edad.
Kenyon y Ben Bromley, de la Universidad de Utah, han desarrollado modelos de formación de planetas que proporcionan un escenario plausible. Sus modelos predicen que el polvo caliente sería detectado en longitudes de onda de 24 micrones durante la formación planetaria, a medida que los cuerpos rocosos pequeños chocan y se fusionan, creando cuerpos rocosos más grandes, y así paulatinamente, hasta acabar generando asteroides, lunas y planetas.
Los números relativos a cuántas estrellas forman planetas son ambiguos porque hay más de una manera de interpretar los datos del Spitzer.
En un escenario, por lo menos una de cada cinco estrellas parecidas al Sol potencialmente está formando planetas. En un escenario optimista, tanto como el 62 por ciento de las estrellas examinadas han formado, o pueden estar formando, planetas. "La respuesta correcta probablemente se encuentre en alguna parte entre el caso pesimista de menos del 20 por ciento y el caso optimista de más del 60 por ciento", opina Meyer.
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