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Wednesday, March 25, 2009

EL MISTERIO DE LOS INTRATERRESTRES


En el año 1933 el doctor Willy Ley, experto en astronáutica y reconocido investigador, informo que en Berlín existía una sociedad secreta llamada la "Logia Luminosa", compuesta casi exclusivamente por teósofos y rosacruces, cuyos miembros pensaban que los creadores del Universo vivían en el interior de la Tierra. Este grupo basaba toda su filosofía en el contenido de una obra literaria del escritor ingles Edward George Lytton llamada "Los últimos días de Pompeya". En este supuesto trabajo de ficción Lytton relata el viaje de su personaje al interior de la Tierra y su encuentro con hombres de una psiquis súper desarrollada, similares a dioses, descendientes de la gran familia aria y poseedores de un poder inigualable denominado el poder Vril.

Se dice que Hitler y sus seguidores conocían a numerosos integrantes de la "Logia Luminosa" y que creían firmemente en la existencia de los intraterrestres. Parte de la filosofía del nazismo se basaba en aliarse con estos superhombres y lograr de ese modo dominar al resto de los seres humanos. Cuentan también que los nazis habían entrado en contacto con un grupo de monjes tibetanos que les habrían revelado la ubicación de las "puertas" que conducían a los mundos subterráneos. Se sospecha que, al ser derrotado, Hitler traspaso uno de esos misteriosos umbrales y que durante largos años vivió con los intraterrestres si es que - como aseguran quienes han investigado a fondo el tema de los intraterrestres - gracias a los avances tecnológicos de la civilización subterránea continua aun con vida, esperando el momento adecuado para intentar conquistar al mundo por segunda vez.

Razas de intraterrestres

En todos los lugares del mundo se habla de seres sobrenaturales, y en todas las culturas hay restos de su presencia. De ellos se ha dicho casi de todo. Por ejemplo, que son hijos de la Madre Naturaleza y que forman parte indisoluble de su misma conciencia. De cualquier forma, constituyen formas de vida muy alejadas de la nuestra que jamás podremos llegar a entender en su totalidad.

Se puede asegurar que prácticamente en todas las razas y culturas de la humanidad han existido creencias y tradiciones donde se señalaba un lugar paradisiaco y sagrado considerado la morada de sus dioses. La ubicación de este enclave era lo que ofrecía más dificultades. Unos pensaban que estaba en lo «alto» (que tanto podría ser el cielo como alguna montaña), otros que en alguna isla evanescente, inalcanzable y mitica, pero las leyendas más abundantes son aquellas que sitúan este extraño paraíso bajo la tierra que pisamos, en grandes ciudades constituidas a base de túneles naturales y artificiales donde antaño se refugiaron y que, ocasionalmente, tienen contactos con los de «arriba», los de la superficie. Estas tradiciones se encuentran documentadas en Egipto, en la India, en China, en Tíbet, en gran parte de Europa, en las dos Américas y en lugares determinados de África. Si la tradición es oral, los testimonios son infinitos y se localizan en todo el mundo, pero, eso sí, siguiendo una coherencia tanto en el contenido de las mismas como en la ubicación geográfica.

Las leyendas más arraigadas en cuanto a su divulgación siguen dos demarcaciones muy distintas. Si trazásemos una línea imaginaria al globo terráqueo nos encontraríamos, por un lado, con un gran círculo que recorrería Alaska, Canadá, América del Norte, Central y Sudamérica (sobre todo, por Ecuador, Colombia, Perú, Bolivia y Brasil), seguirla por el océano Atlántico hasta entrar por África ecuatorial. Recorrería Nigeria, Chad, Egipto y se adentraría por Oriente Medio, acabando en la India, China, Mongolia y Siberia, para unirse a Alaska de nuevo. El otro círculo que enlazaría estos centros subterráneos, más pequeño en extensión, abarcaría las Islas Británicas, España, Francia, Alemania, Checoslovaquia y regresaría a las islas.

De todos los posibles seres subterráneos (entre los que habría que incluir a especies tan dispares como razas anteauvianas salvadas de la catástrofe, a héroes míticos, a dioses, a grupos humanos intraterrestres, a extraterrestres ... ) tan sólo vamos a hacer referencia en esta obra a los espíritus de la naturaleza que dicen morar bajo la epidermis de la tierra y cuyas leyendas forman parte del folclore universal. Por lo tanto, bajo la palabra «subterráneos» encuadramos a varios seres -tanto masculinos como femeninos- que eligen como hábitat las entrañas de la tierra, pero a veces con una conducta diferente a la que usualmente puedan tener los gnomos o los enanos.

Estas entidades intraterrenas formaran parte de una gran rama o familia de los elementales con modales más hoscos y huraños en su esporádica relación con los humanos.

Se asegura que en las cavidades donde viven se aprecia una tenue luz verdosa, y quizá sea por esta razón por la que su piel suele ser de tonalidades verdes, igual que la luz que emana de las paredes de estos antros subterráneos. Serían los habitantes de las colinas o de los túmulos. Las inusuales incursiones que hacen al mundo de los seres humanos es lo que nos ha permitido saber algo sobre su existencia y hábitos.

En casi todas las leyendas se sigue un esquema parecido: una raza humana que ha sufrido una maldición o perdido una batalla tiene que ser relegada, como castigo, al inframundo y allí construyen sus ciudades y se acomodan lo mejor posible, alejados de la civilización de la superficie, pasando asi a formar parte de las leyendas. Esta teoría defiende que las creencias feéricas se basan en el recuerdo de una raza más primitiva y poderosa de seres diminutos obligada a esconderse ante el avance de los invasores en sus tierras, ocultándose en cuevas o marismas. Esto es cierto en lo que respecta a algunos grupos feéricos como los daoine sidhe o los ftr bolg (que serían descendientes de las razas originales de irlandeses que fueron relegados al submundo y a los túmulos) y los sieigh beggey o mooinjer veggey (que eran los primeros habitantes originarios de la isla de Man, anteriores a los gigantes) y tal vez a los fflwyth teg galeses.



“PUERTAS EN LOS POLOS”


La posibilidad de que la tierra sea hueca, y de que se pueda entrar en ella a través de los polos norte y sur, ha alimentado la imaginación de la humanidad desde hace mucho tiempo. Por si fuera poco, unas supuestas fotografías de una abertura en el polo norte tomada por los satélites ESSA-3 el 6 de enero de 1967 y ESSA-7 el 23 de noviembre de 1968, parece facilitar esta teoría. Para los partidarios de la tierra hueca, sus hipótesis no únicamente estriban en estas controvertidas fotos (reproducidas en 1970 por la revista Flying Saucers del editor Ray Palmer) sino que al parecer diferentes exploradores dicen haber visto cenizas volcánicas donde no hay volcanes, calor inexplicable donde deberían reinar temperaturas bajo cero, huellas de animales en lugares nada accesibles, icebergs de agua dulce en el océano Ártico ...

Leonard Euler, matemático del siglo XVIII,"dedujo" que la tierra era hueca y contenía un Sol central. El doctor Edmond Halley (descubridor del cometa Halley y astrónomo real de Inglaterra) también creía en esta teoría. Claves Symnes (ex-capitán de infantería de Ohio) se mantenía convencido de que nuestro mundo consistía en realidad en un sistema de esferas huecas concéntricas. El escritor Raymond Barnard (antes mencionado), en su libro La tierra hueca lanzó la complicada -y absurda para muchos- teoría de que el centro de gravedad del planeta no estaría en el núcleo sino en la corteza terrestre, y que las auroras polares estarían causadas por los rayos provenientes de un "Sol interior, apareciendo por esos enormes agujeros polares".

En 1926, Richard Evelyn Byrd, capitán de la marina americana, navegó en línea recta hacia el polo norte y continuó viajando unos 2.730 km. en esa misma dirección sin alcanzarlo, arribando, por el contrario, a una costa de aguas templadas llenas de vegetación. ¿El Reino de Hiperbórea? Entre 1946-47, Byrd revive una experiencia semejante, esta vez volando en dirección al polo sur, en una expedición denominada "High Jump", patrocinada por los EE.UU. Se cree que las expediciones del capitán fueron objeto de desinformación, ya que existe gente que afirma haber visto imágenes en "noticieros" narrados por el propio Byrd en el que describía y mostraba imágenes "de esas tierras más allá del polo" con sus montañas, árboles, ríos y un gran animal identificado como un mamut.

Estos documentales, de existir, parece que se han evaporado. Para los defensores de la Tierra hueca, el capitán habría encontrado la apertura polar y se habría introducido en ella. El que fuera operador de radio en las expediciones, Lloyd K. Grenlie, reafirmó la existencia de una cinta grabada con todo lo mencionado por Byrd. Sus detractores insinúan que sus afirmaciones no son mas que recuerdos falsos y sus comentarios como "una tierra más allá del polo" o "el gran enigma", eran formas de aludir a regiones aún inexploradas mas que a continentes escondidos en su interior.

AGARTHA Y EL MITO DEL REY DEL MUNDO.


Antiguas tradiciones religiosas asiáticas (budistas tibetanas, enseñanzas hindúes, chamanes de Mongolia) desde tiempos remotos dan por cierta la existencia de un reino inmortal "invisible" donde se escondería un reducido colectivo de personas, excepcionalmente sabias y poderosas, procedentes de los continentes hundidos del Atlántico y del Pacífico. En Oriente este mundo idílico oculto es conocido como Agartha o Sambalah y en América del Sur como la ciudad del Disco Solar. Muchos sitúan este reino en valles perdidos de las cordilleras al norte del Himalaya, y otros en cavernas inaccesibles de los desiertos próximos al Gobi. Este pueblo subterráneo estaría regido por los designios de un misterioso personaje : el Rey del Mundo.

Investigadores de culturas religiosas como Andrew Tomas han estudiado a fondo este mito universal aceptando como real su existencia. Otros estudiosos, como René Guénon, han visto en la figura del soberano de este mundo intraterrestre -a caballo entre lo divino y lo humano- un principio, una dignidad y un estado espiritual: "Es la inteligencia cósmica que refleja la luz espiritual pura" (R. Guénon, El rey del mundo). Para otros, este tipo de mito entronca con todas las historias "fabulosas" que circulaban por occidente a propósito del reino del Preste Juan -misterioso soberano de quien según Marco Polo hablaban todos en el gran imperio y recibía tributos de la mayor parte de los gobernantes asiáticos-. Al parecer, en los archivos del Vaticano se encontraría parte de la correspondencia que mantuvo el mítico rey-sacerdote de Oriente con algunos monarcas y prelados de la Iglesia.
Es posible que todas estas narraciones que hemos rescatado del pasado funcionaran como un factor sugerente para sacar a las personas de Europa. Las salidas del continente ya habían sido promovidas por el papado en las cruzadas, y el Preste Juan (o el Rey del Mundo) sería la "idea" que movilizaría a los hombres. Representaba la figura de un rey con un enorme imperio, situado tras las líneas musulmanas en el que abundarían enormes riquezas.

Para Helena Petrovna Blavatsky, fundadora de la Sociedad Teosófica, este reino no es ninguna utopía. H. Blavatsky declararía en más de una ocasión estar en contacto con los Mahatmas (misteriosos personajes del Asia Central que detentaban poderes sobrenaturales) que le transmitían a menudo mensajes de fraternidad y misteriosas profecías destinadas a aviso y cuidado de un mundo en eminente peligro de autodestrucción. Según ella, Moisés, Platón, San Pablo... habrían sido teósofos iniciados por miembros de este Gobierno oculto. No fue hasta 1933 cuando James Hilton popularizó en Occidente la leyenda de Sambalah en su novela Horizontes perdidos, donde narra como una comunidad de grandes sabios, llamados Rishis o Mahatmas (grandes almas) viven en un paraíso de ciencia mística, oculto en algún lugar al norte del Tíbet, entre los macizos de Altin-Tag y Kum-Lum, Altai en Mongolia, Tsaidan y China. Habitantes de estas regiones atestiguaron la presencia de seres luminosos vestidos con simples túnicas blancas en medio del duro invierno tibetano.



El marqués Alejandro Saint-Yves d´Alvèdre mantuvo haber sido visitado en 1885 por dos misteriosos personajes, enviados por el gobierno universal oculto de la presente humanidad, los cuales le revelaron la existencia de Agharta y su organización espiritual y política. Con estas revelaciones, Saint-Yves escribió un libro de 200 páginas que mandó editar; pero apenas había salido la obra de la imprenta, el marqués ordenó su destrucción, ya que al parecer "contenía terribles secretos". Un solo ejemplar se escapó a la destrucción del que se haría una reedición fotomecánica, y que según cuentan, los nazis, durante la ocupación alemana, acabarían por destruir.

1 comment:

AUTOR DE LA PIEDRA HABBAASSI said...

Si te gusta la literatura sobre misterios y enigmas ahora tienes la oportunidad de leer la última novela de Juan M. de la Serna titulada LA PIEDRA HABBAASSI, que puedes adquirir a través de Amazon, cuyo resumen es "Un descubrimiento casual sobre una cultura ancestral en Perú, los “Paracas”, es el origen de un interesante relato de viajes que conducirá al protagonista por tres continentes, a lugares llenos de encanto donde tendrá que hacer frente a las dificultades que irán surgiendo, a la vez sigue un camino de descubrimiento personal con numerosas experiencias que le conducirán a un crecimiento interior más allá de su imaginación. Una novela que mezcla a partes iguales información sobre los últimos descubrimientos científicos en neuroanatomía y psicología, con la tradición milenaria de pueblos desaparecidos."

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Pensamiento de hoy

febrero, 2008
Aprender sin pensar es tiempo perdido, pensar sin aprender es peligroso.
Confucio, filósofo chino.


"No hay viento favorable para el que no sabe a dónde va" (Séneca)

Camuflaje OVNI

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En nuestro mundo, una de las facultades que más nos asombra del mundo animal es la llamada mimetismo. Esta es la capacidad de los organismos vivos para pasar inadvertidos para los depredadores. Las variantes son múltiples, desde cambiar el color del pelaje, confundiéndose con su medio, hasta el de adquirir las formas de su entorno, incluso cuando nosotros mismos observamos el comportamiento de animales de nuestro interés, utilizamos el recurso del camuflaje. En la guerra la invisibilidad es una premisa, es por eso que la nación que logre duplicar el camuflaje OVNI obtendrá todas las ventajas sobre su enemigo. Actualmente existen naves invisibles, por lo menos para el radar, como el llamado Stealth Fighter, que por su diseño y pintura especial pasa inadvertido para los radares.

Einstein, en una de sus teorías afirmaba que mediante procesos magnéticos haciendo vibrar un objeto, esté podría desplazar el espectro electromagnético visible que despiden los objetos haciéndolos completamente indistinguibles para el ojo humano. Teoría que se probaría en el tristemente célebre experimento Filadelfia en 1947, con repercusiones bastante lamentables.

Los rayos infrarrojos y ultravioleta están por encima y por debajo, respectivamente, del espectro visible para el ojo humano. Para que una frecuencia infrarroja pueda ser perceptible son necesarios elementos ópticos y tecnológicos de los que carece el ojo humano, sin embargo, un ejemplo claro para poder realizarlo en nuestro hogar, basta colocar un telemando frente a una cámara de video y observarlo en el monitor de televisión.

Esto explicaría cómo aparece y cómo queda registrado en un video un OVNI, cuando al realizar la grabación éste no se observa y ni siquiera es el centro de atención. No obstante, este fenómeno también se produce en negativos fotográficos aun cuando este proceso (óptico químico) es diferente al video. Dando una idea de que si nuestras percepciones físicas no pueden detectar estos avistamientos, sí se cuenta con elementos para poder observarlos.

Otro tipo de camuflaje OVNI (al menos físico y visible), sería el de adoptar las formas del entorno atmosférico, en este caso nubes. Se han registrado avistamientos donde los observadores de estos fenómenos, ven claramente cómo las nubes tienen movimientos caprichosos en el cielo. Estos movimientos por cierto muy semejantes a los observados a través de la historia, donde incluso algunos casos se observan bajar entidades de las mismas.

Por otra parte, la misma maniobrabilidad de algunos OVNI´s hacen que pasen desapercibidos para algunos instrumentos de detección, esto como es de suponerse, sólo es necesario hallarse fuera del campo que cubre un radar, colocándose por encima o por debajo para pasar inadvertido. En medio de estos parámetros explicativos queda otra interrogativa, ¿se pueden ver o fotografiar entidades que se desarrollan en un plano de tres dimensiones? No, no se puede, ya que no obedecen las leyes físicas y ópticas del mismo comportamiento que conocemos, haciendo imposible dejar constancia en una placa o en un video, al menos con la óptica terrestre tal y como la conocemos.

Como se podrá deducir entonces, el hecho de que observemos OVNI´s en el cielo, sólo puede tratarse de un acto consciente de ser observados y enterarnos que allá arriba está sucediendo algo.